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FORMAR DE AGRADECER A NUESTROS CURAS

Nuestros párrocos son algunos de los miembros más trabajadores de la Iglesia. El sacerdote parroquial típico trabaja los fines de s...

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sábado, 15 de julio de 2017

FORMAR DE AGRADECER A NUESTROS CURAS

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Nuestros párrocos son algunos de los miembros más trabajadores de la Iglesia. El sacerdote parroquial típico trabaja los fines de semana y vacaciones, vive en el mismo sitio que trabaja y solamente tiene un día de descanso a la semana, sin mencionar que hoy en día se les pide cuidar a más almas y asumir más responsabilidades y funciones que nunca antes.
Les hemos preguntado a algunos párrocos cómo podríamos hacerles saber que estamos agradecidos por todo el trabajo que ellos hacen por nosotros. Recibimos estas respuestas de ellos, sin ningún orden en particular:

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1. Orar por tu sacerdote(s)
La cosa más importante que un fiel puede hacer por su sacerdote es rezar por él. Siempre estamos orando por alguien, y debemos ofrecer la Misa todos los domingos y días de precepto en beneficio de la comunidad. Es bueno saber que ellos también oran por nosotros todos los días.
Ofrece por el sacerdote un rosario, una hora santa, una pequeña ofrenda o un sufrimiento cotidiano.
Envíale tarjetas a los sacerdotes garantizándoles orar por sus intenciones
Ofrece tus oraciones por el sacerdote y su labor pastoral. Es una gran alegría para mí porque sé que mientras mi comunidad ore más por mí, más efectivo serán los frutos de mi ministerio sacerdotal”.

2. Prepararle una comida, especialmente en los días de mucho trabajo
Sería bueno que alguien se cerciore de que el sacerdote de la parroquia tenga una comida bien preparada los domingos y días festivos de la Iglesia cuando hay más actividad.
A menudo no tenemos quien cocine por nosotros y después de una larga jornada, sería agradable volver a casa y comer algo que no tuvimos que cocinar nosotros mismos.
Descubre su comida favorita y prepárasela.

3. Celebrar sus días especiales.
También es buena idea celebrar el cumpleaños del sacerdote o el día de su ordenación.
Es agradable que me recuerden en el día de mi ordenación sacerdotal.

4. Orar más, quejarse menos.
La gran mayoría de las interacciones que tenemos parecen girar en torno a una queja sobre el sacerdote, la parroquia, otra persona de la comunicad, la música, la temperatura en la iglesia, una bombilla quemada, una decisión, etc., y rara vez sobre las realidades espirituales sobrenaturales.

5. Ofrecerse a ayudarle.
No esperes a que te pregunten si puedes hacer algo, ¡ofrécete! Los sacerdotes tenemos la vocación de dar y servir, es difícil para nosotros pedir cosas
Ofrecer voluntariamente tu tiempo a la parroquia es un signo de apoyo y de servicio
Considera aumentar su diezmo para mostrar tu apoyo a la parroquia y a el sacerdote
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6. Participar en Misa y/o Confesión.
Nada hará más feliz a un sacerdote
Elige un día para ir a la Misa que él esté celebrando, y anima a la gente a sentarse en las primeras filas. Cuando el padre pregunte después de la Misa por qué lo hiciste, coméntale que estabas ofreciendo tu participación en la Misa en acción de gracias por su sacerdocio
7. Escribirles una nota expresando tu agradecimiento.
Escribir una nota, sobre todo a un sacerdote con el que ha perdido el contacto, haciéndole saber cómo su sacerdocio ha impactado su vida, y que todavía estás participando activamente en la fe. Esto significa mucho
Mi actividad favorita es recibir cartas de las personas. Pero no una tarjeta con un par de palabras. Esas son agradables también, pero me encanta recibir una carta o una tarjeta con un mensaje significativo en ella.
Es muy poderoso oír a alguien describir exactamente cómo lo que dije o hice fue fructífero para ellos. Es un recordatorio de que Jesús es mucho más grande que yo y que puede hacer grandes cosas con lo poco que tengo para ofrecer
Realmente aprecio cuando las personas me dicen personalmente o envían notas de agradecimiento con mensajes como: ‘Gracias por su sacerdocio’, ‘Gracias por ser nuestro pastor’, ‘Gracias por responder al llamado de Dios’
Diles que han hecho una diferencia en tu vida

8. Dále las gracias a tu sacerdote
Agradece al sacerdote por cada Misa. Incluso si no te agrada necesariamente el sacerdote, siempre la Misa gira en torno a la presencia de Jesús
Puede significar mucho algo tan simple como decir al sacerdote después de la confesión: Gracias por su ministerio, voy a orar por usted.
Prepara un video pidiendo a diferentes feligreses que le den gracias al párroco por algo que él hizo o dijo. Gracias Padre ____ por…

9. Darles un elogio
Busca oportunidades para halagar a los sacerdotes. Incluso a algunos que particularmente no te agradan
Siempre me animo cuando alguien me dice después de la misa: Padre, esta misa fue hermosa”.

10. Preocúpate por su bienestar de tu sacerdote
Anima al sacerdote a hacer una pausa en el trabajo. (Normalmente están tan ocupados que se olvidan que también deben descansar y cuidar de su salud, hasta que terminan enfermos).

11. Evitar el drama y los chismes en la parroquia. Guárdate estas cosas para ti mismo.
Evita y detén el chisme sobre sacerdotes y parroquias
No chismees o critiques, en cambio ofrécete a ayudar y a construir.
Me pregunto cuántas vocaciones se arruinaron cuando los jóvenes con inquietudes religiosas escucharon a los adultos criticar y destruir a los sacerdotes, generalmente por alguna pequeña disputa en la parroquia

12. Hacerle saber que le apoyas
Cuando seas testigo de una situación en donde alguien está siendo grosero o injusto con el sacerdote, hazle saber que lo notaste y exprésale compasión.

13. Establecer una relación antes de corregirle.
No le digas lo que no te gusta o molesta si es la primera vez que te has tomado la molestia de dirigirte a él
Dile hola antes de decirle lo que te parece incorrecto

14. Tener expectativas realistas y ser útil.
Probablemente él no es un plomero, así que no pretendas que él arregle problemas de tuberías. Pero sin duda puedes preguntarle si cree que hay una fuga. (Esto quiere decir, sé realista, el sacerdote NO tiene todas las respuestas a todas las posibles situaciones de tu vida, pero si tienes un problema, puedes acudir a él y pedirle su opinión)
Siempre asume que tiene buena voluntad. Ofrecer retroalimentación es útil, pero las críticas y quejas constantes sin humildad y amor sincero, agotan después de un rato

15. No acaparar al sacerdote
No creas que tienes al sacerdote sólo para ti, especialmente los domingos. No esperes ser el amigo favorito del sacerdote. Él es tu pastor y servidor, y necesita mantener las cosas a un nivel profesional.
No presumas delante de los demás miembros de la comunidad lo “cercanos que son ustedes”, ya que crea rivalidades y celos, y esto genera muchas tensiones en los sacerdotes.

16. Ser solidario
Siempre que hay algo que es estresante o un momento difícil en la parroquia, se aprecia mucho el apoyo. No he tenido mucho de eso en mis primeros 5 años (hasta ahora) pero recuerdo algunos momentos tremendamente difíciles donde las personas enviaron una nota agradable.
Recuerdo haber descubierto un montón de notas guardadas aquí en Santa María de hace 23 años cuando fue cerrada la escuela.
Los periódicos y algunas muy pocas personas muy ruidosas, atacaron y acusaron al sacerdote de ser “racista” y “descuidado”. Él guardó todas las docenas de notas de personas que le ofrecieron su comprensión por la decisión tan difícil que él tuvo que tomar

17. Darle su espacio.
A veces, también es bueno estar solo y en paz. Mantente alejado de una “bondad ansiosa” que asume que el sacerdote puede estar deprimido, estresado, triste, solitario, etc. cuando a veces él simplemente necesita algo de tiempo para relajarse a solas.

18. Invitarle a actividades.
Es agradable cuando la gente me toma en cuenta para invitarme las reuniones familiares: cumpleaños especiales o aniversarios, cenas en días festivos (a pesar de que por lo general no pueda ir porque estoy con mi propia familia) pero es bueno ser invitado.

19. Buscar la santidad
Lo más importante que Dios desea, es que seamos Santos. No hay nada más emocionante para un sacerdote que ser testigo de la santidad en la vida de las personas a quienes él atiende, no sólo es una experiencia de gracia de que su labor está dando frutos, sino que también es tremendamente edificante para su propia búsqueda de la santidad.
Espero que esta lista te haya inspirado para hacer algo por tu sacerdote. Recuerda que cada sacerdote tiene sus propias preferencias que lo hacen sentirse apreciado.

A algunos realmente les gustaría que les inviten a cenar, mientras que otros sacerdotes podrían preferir recuperar fuerzas cenando solos.
Todos los sacerdotes que contactamos aprecian mucho las cartas bien pensadas, llenas de sentido, donde las personas les manifestaron las formas específicas en que sentían que ellos les habían ayudado.
Esta puede ser una gran forma de empezar. Hagámosle saber a nuestros sacerdotes cuánto nos preocupamos por ellos.
Si quieres agregar alguna otra forma adicional y creativa de ayudar, puedes escribirla en los comentarios. Especialmente los sacerdotes que lean esto, ¡Déjennos saber lo que les gusta!


domingo, 9 de julio de 2017

INVITACION MISA DE DESPEDIDA

“Gracias… A todos los que conocimos y olvidamos, a los que nos conocieron y nos olvidaron, a los que recordamos y nos recuerdan, a los que amamos y ya no, a los que aún nos saludan cuando los vemos, aunque ya no nos hablemos.” — Frase autor anónimo.

 “Gracias” es una de esas maravillosas palabras que siempre la guardamos para nosotros. Muchas veces cuando las personas hacen algo por una damos por hecho que ya agradecimos lo que han hecho por nosotros, pero no es así, es importante dar las gracias por cada gesto de bondad que recibimos.

GACIAS A TODOS  POR TODO  
Y  AHORA ME  TOCAN  UNOS NUEVOS  RETOS EN NUEVOS CAMINOS DE DIOS

martes, 27 de junio de 2017

DAR GRACIAS TE HACE MAS FELIZ

DAR LAS GRACIAS TE HACE MÁS FELIZ
Por [María Langenheim]
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Hoy me siento especialmente agradecida y si hay algo que me hace feliz es dar las gracias, así que: GRACIAS.

Creo que he recibido más de lo que he dado. Así que estoy que no quepo en mí de la felicidad.
Y es que la palabra que más he leído últimamente era “gracias”. Y la que yo he dicho también era esa, por eso me ha dado por pensar en ello.

¿Por qué?
Pues por todo y por nada en particular.  Simplemente agradezco cosas.
Como tener una familia maravillosa, aunque en realidad igual no lo es tanto, pero tengo familia y me siento agradecida por ello. Agradezco tener piernas y poder utilizar ambas, agradezco el aire y el sol, agradezco los aguacates y las fresas, agradezco tener amigos…
Dar las gracias cada día me hace valorar lo que hay a mi alrededor, lo que vivo, lo que soy. Y eso me hace muy feliz.

Pero claro, esto de agradecer no siempre es sencillo, a veces el día a día es muy duro y complicado como para andar agradeciendo cosas, nos basta con sobrevivir.

Pero analizando esto he descubierto un proceso que se puede seguir para agradecer más y sentirse mejor, este proceso es el que sigo yo al menos… Y lo comparto contigo, no es ni mucho menos una ciencia exacta.

Porque no me considero ninguna Gurú del Agradecimiento, ojalá tuviera todo esto superado, no es así ni mucho menos, pero intento trabajarlo. Que para eso estamos aquí, para aprender y mejorar
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Los pasos clave que he descubierto

1. Salir del mundo de la queja:
Vivimos en un mundo en el que a veces para tener un tema de conversación hay que quejarse. Estamos totalmente enfocados a la queja, a lo negativo, a lo que falta, a lo que sobra…
Así es imposible fijarse en lo bueno y lo bonito que nos sucede o que tenemos en la vida. Así que el primer paso es alejarse y salir del mundo de la queja.
Tratar de enfocar los pensamientos hacia lo positivo, eso ayuda mucho en el camino del agradecimiento.
Y no es que yo nunca me queje, lo hago más de lo que me gustaría, pero al menos cada vez más me hago más consciente e intento evitarlo.
2. Dejar de querer más:
Cuando nada te parece suficiente y en lo único que piensas es en tener más, nunca agradecerás nada o al menos, no de verdad.
Vivimos para tener más, más de todo, dinero, relaciones, status, atención, zapatos, planes, amor, etc…. Pero nadie nos dice cuánto es suficiente, entonces no hay manera de parar.

Y no hay descanso, por lo que no hay tiempo para disfrutar y agradecer lo que sí se tiene.
Para sentirse agradecida, hay que dejar de desear más y observar lo que ya se tiene.

3. Consciencia:
Si observas detenidamente lo que ya tienes en tu vidas, realmente te darás cuenta de que hay mucho que agradecer.
Serás consciente de la cantidad de cosas estupendas que puedes disfrutar en este mismo instante, de hecho, deja de leer un momento y piensa en tres cosas que existan en tu vida y que puedes agradecer.
Pues a esas tres cosas apenas les das importancia si no traes tu atención a ellas y te haces consciente de todo lo bueno que ya mismo tienes al alcance de tu mano, sin tener que sufrir más ni trabajar más para tener más aún.

4. Lo bueno y lo malo:
¿Sabes qué? Que no solo agradezco las cosas buenas, … también agradezco las cosas malas.
Porque las cosas malas o que en un principio pueden parecer malas, también pueden traer cosas buenas, aprendizajes, experiencias, finales felices, relaciones nuevas… Lo que sea. Algo que en un principio podemos considerar negativo puede transformarse en algo realmente positivo.

5. La pescadilla que se muerde la cola:
Y me he dado cuenta de que no sé por qué, cuanto más agradezco, más cosas tengo que agradecer, más afortunada me siento y por lo tanto más feliz.
Yo creo que al final es una cuestión de costumbre, que paredes a ver lo positivo de las cosas y te fijas menos en lo negativo, pero creo que en realidad tiene más que ver con el último punto.

6. Atraes la energía que tu das:
Sinceramente creo que recibes lo que tú das.
Me pasa que cuando me siento agradecida doy, y a su vez los que reciben de mí se sienten agradecidos. Y cuando sonrío recibo sonrisas y cuando me enfado lo obtengo son malas caras.
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Te propongo un experimento

1. Observa tus quejas y trata de evitarlas, o de proponer una alternativa constructiva en vez de una simple queja. En vez de “Siempre vamos al cine y estoy harta (o)” prueba un “¿Qué te parece si hoy vamos al teatro?

2. Cuando te sorprendas pensando en que necesitas o quieres algo, piensa además en algo que ya tengas.

3. Al irte a dormir agradece tres cosas que te hayan ocurrido ese día.

4. Piensa en alguna consecuencia positiva de algo que consideres negativo. Y agradécelo. He salido más tarde del trabajo, pero me he encontrado a un amigo que hace tiempo que no veía. Agradece haber salido más tarde del trabajo.

5. Observa cómo poco a poco tu comportamiento y tus sentimientos van cambiando y te sientes más afortunada, más positiva.

6. Estate atenta de las reacciones de los demás o lo que recibes según lo que tu des al mundo.
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EN FIN

Que si quieres sentirte bien, una parte importante depende de lo que agradezcas en tu vida, porque son esas las cosas que te hacen feliz.
¿Te apetece compartir algo por lo que te sientas agradecido (a)?


miércoles, 21 de junio de 2017

EL TIEMPO

"¿El tiempo es: lento, rápido, largo, corto o eterno?
• El Tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan…
• El Tiempo es demasiado rápido para aquellos que temen…
• El Tiempo es demasiado largo para aquellos que sufren…
• El Tiempo es demasiado corto para aquellos que celebran…"
― Cita anónima.

¡Cuántas veces hemos deseado detener el tiempo! Por ese instante que estamos viviendo, esa etapa o situación tan feliz que no queremos por nada que se nos vaya…
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Hay veces que quisiéramos detener el tiempo, nos sentimos tan dichosas que decimos “¡Mi Dios detén este tiempo!” pero nada, el tiempo se va como agua entre nuestros dedos, y no podemos hacer absolutamente nada para pararlo. El tiempo es así, va pasando y no nos damos cuenta cuando estamos viviendo otros tiempos.
También hay otra cara de la moneda y es cuando el tiempo que estamos viviendo es cruel, nos duele hasta los huesos este tiempo que estamos viviendo, es tan horrible que sólo deseamos cerrar los ojos y pensar que es una pesadilla… y que “Dios mío, quisiera que el tiempo pase pronto, no me dejes en este tiempo abandonada a mi suerte y a todo lo malo que estoy viviendo”.
Tiempos de buenas nuevas, hay tiempos que en nuestras vidas nos marcan para siempre ya sea por alguien que amamos con todo nuestro corazón, por alguien que nos hizo sentir en las nubes que vivíamos un verdadero sueño de amor, un tiempo de una felicidad inexplicable y egoísta porque nos encerramos en ese sentimiento que nos hizo olvidar todo lo que nos rodeaba.
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¿Les parece conocida esta historia?
Creo que sí, porque siempre que estamos en un estado de felicidad nos encontramos tan bien con esa persona que todos los demás sobran, pero cuidado, recuerda que no puedes vivir eternamente apegada a una persona, hay que saber dejarles respirar o ese bello momento será una tortura a la larga.
Recuerden que el tiempo es lo único que no podemos detener, se manda solo, va por nuestras vidas entregando diferentes tipos de sentimientos.
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Siempre es bueno no alejarse mucho de nuestras familias o amigos porque algún día los necesitaremos aunque no queramos, no deseamos que nadie tenga que sufrir un día en la vida, pero parece ser que es un equilibrio, hay que sufrir para poder valorar la felicidad, no existe amor sin llorar alguna vez, entonces debemos estar atentas que nuestro tiempo en la tierra está llena de contrastes.

El tiempo, es como un camino que debemos caminar ya sea para nuestro bien o para nuestro mal, sólo hay que caminar sin detener nuestros pasos y sin mirar hacia atrás.

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lunes, 19 de junio de 2017

EL GUSTO DE VIVIR

El gusto de vivir

Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse.

Felices los que saben distinguir una montaña de una piedrita, porque evitarán muchos inconvenientes.

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Felices los que saben descansar y dormir sin buscar excusas, porque llegarán a ser sabios.
Felices los que saben escuchar y callar, porque aprenderán cosas nuevas.


Felices los que son suficientemente inteligentes, como para no tomarse en serio, porque serán apreciados por quienes los rodean.
Felices los que están atentos a las necesidades de los demás, sin sentirse indispensables, porque serán distribuidores de alegría.

Felices los que saben mirar con seriedad las pequeñas cosas y tranquilidad las cosas grandes, porque irán lejos en la vida.
Felices los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desprecio, porque su camino será pleno de sol.
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Felices los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar, porque no se turbarán por lo imprevisible.

Felices ustedes si saben callar y hasta sonreír cuando se les quita la palabra, se los contradice o cuando les pisan los pies, porque el Evangelio comienza a penetrar en su corazón.

Felices ustedes si son capaces de interpretar siempre con benevolencia las actitudes de los demás  aún cuando las apariencias sean contrarias. Pasarán por ingenuos: es el precio de la caridad.
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Felices sobretodo, ustedes, si saben reconocer al Señor en todos los que encuentran, entonces habrán hallado la paz y la verdadera sabiduría.

martes, 30 de mayo de 2017

NO A LOS CURAS GOOGLE

Padre Santo, le pedimos que nos indique los criterios para vivir una intensa vida espiritual en nuestro ministerio que, en la complejidad de la vida moderna y de las tareas administrativas, tiene a hacer que vivamos dispersos y fragmentados.  

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Diré que entre más imitemos el estilo de Jesús, mejor haremos nuestro trabajo de pastores. Este es el criterio fundamental, el estilo de Jesús. Siempre Jesús estaba en camino, en medio de la gente, la multitud, dice el Evangelio, que distingue bien entre discípulos, multitud, doctores de la ley. Podemos intuir que la mayor parte del tiempo Jesús lo pasaba en la calle: esto quiere decir cercanía a los problemas de la gente, no se escondía; después, por la noche, se escondía para rezar. Esto es útil para nosotros, que siempre vamos con prisas, viendo el reloj porque hay que apurarse; pero este comportamiento no es pastoral. Jesús no hacía esto. Jesús nunca estuvo parado, y, como todos los que caminan, está expuesto a tensiones. 

El miedo más grande que debemos tener es a una vida estática, del cura que tiene todo bien resuelto, en orden, estructurado, todo en su lugar. Yo tengo miedo del cura estático, incluso cuando es estático en la oración, de tal hora a tal hora. Pero, ¿no te dan ganas de pasar una hora más con el Señor? Una vida tan estructurada no es una vida cristiana. Tal vez ese párroco sea un buen empresario, pero ¿es cristiano? ¿Por lo menos vive como cristiano? Sí, celebra la misa, pero ¿el estilo? ¿Es cristiano o de empresario? Jesús siempre ha sido un hombre de la calle, de camino, abierto a las sorpresas de Dios; por el contrario, el sacerdote que tiene todo planeado, todo estructurado, generalmente está cerrado a las sorpresas de Dios, y se pierde esa alegría de la sorpresa del encuentro. El Señor te sorprende cuando no te lo esperas pero si eres abierto. 

No hay que tener miedo de esta tensión que nos toca vivir, nosotros estamos en camino y el mundo es así; un educador, un padre, un sacerdote está expuesto a esta tensión, un corazón que ama siempre vivirá expuesto a esta tensión. 

Si vemos a Jesús, en los Evangelios nos hacen ver dos momentos fuertes, que son el fundamento: el encuentro con el Padre y el encuentro con las personas, todas, incluso las más incómodas, como los leprosos.  

La oración: tú puedes rezar como un perico, pero no es la manera correcta: en cambio, encuentra al Señor, cállate, déjate ver, di una cosa al Señor... Encuentro. Con la gente, lo mismo. Nosotros, los sacerdotes, sabemos cuánto sufre la gente que viene a pedir consejo y nosotros respondemos apresuradamente: “Ahora no tengo tiempo”. De prisa y no en camino. 

Claro, estar con la gente cansa, ¡pero es el pueblo de Dios! Pero, ¡piensen en Jesús! Hay que dejarse cansar por la gente, no defender demasiado la propia tranquilidad. 

El sacerdote no debe hablar demasiado de sí mismo, no debe sentir la necesidad de verse al espejo. El cansancio que sirve es el de la santidad, y no debe ser autoreferencia. 

Hay que preguntarse: “¿Soy hombre de la calle? ¿De oreja que sabe escuchar? ¿Me dejo cansar por la gente? Esto era Jesús, no hay otras fórmulas.  

Nos hará bien a todos los sacerdotes recordar que solo Jesús es el Salvador, no hay otros. Y pensar que Jesús nunca se legó a las estructuras, sino que siempre se vinculaba a las relaciones. Si un sacerdote ve que está legado a las estructuras, algo no funciona. 

Una vez escuché a un hombre de Dios, posible beato, que decía que en la Iglesia hay que vivir lo mínimo de estructuras y lo máximo de vida, y no al contrario. 
Sin la relación con Dios y con el prójimo nada tiene sentido en la vida de un sacerdote: harás carrera, irás a esa parroquia que te gusta, pero el corazón quedará vacío, porque tu corazón está legado a las estructuras y no a las relaciones esenciales, con el Padre y con Jesús y con las personas. 

Quisiéramos vivir mejor la fraternidad sacerdotal tan aconsejada por nuestro cardenal arzobispo y promovida con encuentros diocesanos, vicariales, peregrinajes, retiros y ejercicios espirituales, semanas de comunidad... ¿Puede darnos alguna indicación?  

Cuántos años tiene usted (“81 ya cumplidos”, fue la respuesta, ndr.) Somos coetáneos. Le hago una confesión, escuhcándolo hablar así, le habría dado 20 años menos (risas generales, ndr.). 

Fraternidad es una bella palabra, pero no cotiza en la bolsa de valores, es una palabra, es muy difícil la fraternidad entre nosotros, es un trabajo de todos los días en la fraternidad presbiterial. Nosotros tenemos un peligro, de haber creado esa imagen del cura que sabe todo, que no necesita consejos. Los niños pueden decir: “¡Pero este es un cura Google y Wikipedia!”. Y esto hace daño a la vida presbiterial. 
¿Por qué perder tanto tiempo en reuniones? Y ¿cuántas veces en las reuniones yo estoy en órbita y no escucho a mi hermano sacerdote que está hablando? Si el obispo dijera: “Ustedes saben que el año que viene aumenta el 8X1000” (impuesto en Italia destinado por los contribuyentes que lo deseen a la Iglesia católica, ndr.), ¡ahí sí avanza la atención! (Risas generales, ndr.) Hay preguntas que debemos hacernos mientras en las reuniones no escucho al otro que está hablando: ¿Por qué no me interesa? ¿Por qué no me interesa lo que está diciendo mi hermano sacerdote? 

Hay que escucharse, rezar juntos, un buen almuerzo, y hacer fiesta juntos; los sacerdotes jóvenes, un partidito de futbol juntos, esto hace bien: ser hermanos, la fraternidad es muy humana. Los “hermanos” son una riqueza para el otro.  

Los sacerdotes y los obispos no somos el Señor, nosotros somos los discípulos del Señor, debemos ayudarnos, también discutir, como los discípulos que discutían sobre quién era el más grande entre ellos, pero no chismear, “decir por detrás”. “¿Escuchaste lo que dijo este tonto?”; no a las murmuraciones y a las competiciones. 

Pensé tres veces si podía decirlo, no sé si debo decirlo, pero puedo decirlo (risas, ndr.). Para hacer un nombramiento de un obispo se piden informaciones a sacerdotes, fieles, consagrados: A veces se encuentran calumnias u opiniones que, sin ser graves, devalúan al sacerdote, y se entiende inmediatamente que detrás están los celos. Cuando no hay fraternidad sacerdotal está la traición de la fe. Para seguir adelante, para crecer, se despluma al hermano. 

El gran enemigo contra la fraternidad sacerdotal son la envidia y los celos. Sucede que a veces es más importante la ideología que la fraternidad, e incluso que la doctrina. ¿A dónde hemos llegado? 
Puede ayudar saber que ninguno de nosotros es el todo, todos somos parte de un cuerpo, la Iglesia de Cristo. La pretensión de tener razón siempre te lleva a equivocarte, pero esto se aprende desde el seminario.  

Un buen arzobispo de aquí, el cardenal Canestri, decía que “la Iglesia es como un río, lo importante es estar adentro del río”, pero estar a la derecha o a la izquierda del río es una variedad lícita, lo importante es estar dentro del río. Y muchas veces nosotros queremos que el río se haga pequeño y que esté solo de nuestra parte, y condenamos a los demás. Esto no es fraternidad. Todos dentro del río. 

Esto se aprende en el seminario, y yo lo aconsejo a los formadores: si ven a un seminarista bueno, inteligente, pero que es un chismoso, expúlsenlo: será una hipoteca para la fraternidad. Hay un dicho: cría cuervos y te sacarán los ojos; si crías cuervos en el seminario, destruirán cualquier fraternidad en el presbiterio. 
Y luego están el párroco y el vicepárroco, a veces van de acuerdo, a veces están en partes diferentes del río: hagan un esfuerzo para comprenderse y hablarse, lo importante es estar dentro del río y no chismear, se necesita crear unidad; debemos tomar los dones, los carismas, las luces de cada uno. 

Una vez, algunos monjes fueron a ver al abad Pafnuncio, preocupados por los pecados de uno de ellos y le pidieron ayuda a él: “Sí, he visto en la orilla del río a un hombre en el lodo hasta las rodillas, algunos hermanos querían darle una mano, y, por el contrario, lo hundieron hasta el cuello; hay algunas ayudas que en realidad tratan de destruir, disfrazadas de ayudas”. 

Una cosa que nos ayudará mucho cuando nos encontremos frente a los pecados y a las cosas feas de nuestros hermanos que tratan de romper la fraternidad es preguntarse: ¿cuántas veces yo he sido perdonado? 

Usted ha vivido una larga vida consagrada en diferentes situaciones y con diferentes roles de responsabilidad. ¿Qué puede decirnos para vivir nuestra consagración con mayor intensidad, fieles a nuestro carisma, a nuestro apostolado y a la diócesis? (Pregunta de la madre Rosangela Sala, presidenta de Usmi lígure, ndr.)  

Madre Rosangela, la conozco desde hace años. Es buena, pero tiene un defecto, conduce a 140 kilómetros por hora (risas, ndr.). La diócesis es esa porción del pueblo de Dios que tiene cara. Ha hecho, hace y hará historia. Todos estamos dentro de la diócesis. Nos ayuda para que nuestr fe no sea teórica. Y ustedes, consagradas y consagrados, son un regalo para la Iglesia, cada carisma es un regalo para la Iglesia universal, pero siempre es interesante ver como todos los carismas nacen en un lugar concreto y están unidos con la vida de la diócesis concreta, no nacen en el aire. Lugar concreto que después crece y tiene un carácter universal, pero en el origen siempre tiene una concreción. Es bello hacer memoria de cómo no hay un carisma sin una experiencia fundadora concreta, raíces concretas. Pensemos en los franciscanos: el lugar que nos viene a la mente inmediatamente es Asís, “Pero somos universales”. Sí, es cierto, pero el origen concreto prevalece. El carisma es para ser encarnado, nace en un lugar concreto y luego crece. Pero siempre hay que buscar dónde nació. Esto nos enseña a amar a la gente en los lugares concretos. Concretamente. La concreción de la Iglesia la da la diocesanidad. Esto no quiere decir matar el carisma, no, ayuda a que el carisma se vuelva más real, más visible, más cercano. Cuando la universalidad de un instituto se olvida que debe insertarse en los lugares concretos, en las diócesis concretas, esta orden al final olvidará dónde nació. Se universaliza, pero no hay esa concreción de la diocesanidad. Institutos religiosos voladores no existen, y si alguien tiene esa pretensión, acabará mal. 

Y pensar en la universalidad sin concreción lleva a la autoreferencialidad. Y después subrayo la disponibilidad. Disponibilidad para ir a donde hay más riesgos, necesidades; hay que donar el carisma, insertarse donde hay más necesidades, en todas las periferias. Estas periferias son el reflejo de los lugares en los que nació el carisma primordial. Y cuando digo disponibilidad también digo revisión de las obras: a veces se hacen porque no hay personal; pero también cuando no hay personal es bueno preguntarse: ¿nuestro carisma es necesario aquí? Hay que ser disponibles, con prudencia de gobierno, pero sin miedo de los riesgos. 

¿Cómo afrontar la general disminución de vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada?  

Hay un problema demográfico, en Italia estamos bajo cero. Si no hay chicos, no hay vocaciones; era más fácil en tiempos de familias numerosas. Es más fácil convivir con un gato y con el perro que con el hijo, porque me aseguro el amor programado, me siento acompañado por el perro o el gato. En cada época debemos ver las cosas que suceden como un paso del Señor: hoy, el Señor pasa a vernos y nosotros debemos preguntarnos qué sucede. 

También está la crisis matrimonial, los jóvenes ya no se casan, prefieren convivir. Es una crisis trasversal. Una crisis trasversal que, como tal, es un tiempo para preguntarle al Señor: ¿qué debemos hacer? ¿Cambiar? Afrontar los problemas es necesario, aprender de los problemas es algo obligatorio. 

Hay que buscar una respuesta a esto, que no sea reductiva, de conquista. Recuerdo como si fuera ahora: “la trata de las novicias”, título del periódico italiano “Corriere della Sera”, creo que de hace algunos años. Fue un escándalo. Una congregación que cogía el pullman, iba a lugares pobres, convencía a las chicas a que fueran a Buenos Aires para que convertirse en novicias, y las cosas no funcionaban. Y este es un dato de hace quince años, pero ha sucedido también en Roma, congregaciones que iban a los países extracomunitarios, pobres: encontraban personas que no tenían vocación, pero que no querían estar allí en esos lugares, entonces venían aquí, no se consagraban, algunos tal vez encontraban trabajo, pero otros acababan en la calle. 

Los jóvenes piden testimonio de autenticidad, armonía con el carisma. Nosotros debemos comprender que con los comportamientos mundanos somos nosotros los que provocamos ciertas crisis vocacionales, hemos sido nosotros mismos. Se necesita una conversión pastoral, misionera, testimonio que atraiga las vocaciones. 

Las vocaciones existen, Dios las da, pero si tu, sacerdote o monja, siempre estás ocupado y no tienes tiempo de escuchar a los jóvenes que vienen (que a veces son aburridos), no las cultivamos; los jóvenes están en movimiento: hay que hacerles propuestas misionales. Haciendo estas obras de bien con ellos el Señor les habla. 
El testimonio también se ofrece sin palabras. Acabo con una anécdota: en la zona en la que era obispo auxiliar, en un hospital cerca del vicariato, había tres monjitas ancianas y enfermas de una congregación que no tenía gente: la madre general, con buen sentido, las volvió a llamar; un sacerdote llamó a la madre general de una congregación de Corea para pedirle ayuda. Llegan tres monjas coreanas y después de algunos días los enfermos estaban felices: «¡Qué monjas más buenas!». «¿Pero, qué están diciendo, cómo las entienden si no hablan ni una palabra de español?». «La sonrisa», el lenguaje de gestos, del testimonio del amor. Incluso sin palabras se puede atraer a la gente. El testimonio es la clave de las vocaciones. 
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miércoles, 17 de mayo de 2017

COMUNIONES VERDAD O MENTIRA??


"Se nos está yendo la pinza con las comuniones": el recordatorio del juez de menores Emilio Calatayud

"Dejemos algo para cuando se casen", propone el magistrado en un texto que ha viralizado



La primera comunión es una fiesta que supone un gasto muy considerable para muchas familias
La primera comunión es una fiesta que supone un gasto muy considerable para muchas familias.  Getty Images


Abril, mayo y junio son los meses de la primera comunión. La celebración de este sacramento va en ocasiones ligada a un importante gasto familiar, una preocupación para muchos padres., como demuestra el éxito que ha tenido en los últimos días un artículo titulado Mesura con los convites oficiales, que se nos está yendo de las manos.
"Lo que antaño era un chocolate con churros y un relojito hoy es un almuerzo master chef, un viaje a Eurodisney y el móvil de última generación. Y eso, como mínimo". Estas líneas están firmadas por el juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, que publica sus opiniones sobre la educación de menores en su blog en el periódico granadino Ideal. La publicación en la página de Facebook del autor lleva casi 8.000 compartidos desde el 12 de mayo, cifras elevadas incluso para él, acostumbrado a que sus opiniones se compartan y se comenten a menudo.
Cada  día  me hago mas  fans  de Emilio  Calatayud  tiene  mas  razon  que un  templo. cada  día  las comuniones  no  son mas comuniones.

Lo comparto  tal  cual  este  articulo  pequeño pero que se  hace  viral  en las  redes.
Vosotros que  pensáis?? sera que las comuniones  son  un  acontecimiento  social  mas que un  sacramento?
puede ser que  las comuniones  hipotequen a los padres que están luchando cada  dia para  salir adelante?
Veamos un poco, las comuniones como dice Emilio en el  pequeño  parágrafo, eran  pequeños  encuentros de  iniciación  cristiana que servia para  reunir  a la  familia y algunos  amigos. 
ahora me  dirán  cada  uno  qu e haga lo que  le de la  gana, perfecto, ahi de  acuerdo, cada  uno  tiene la  LIBERTAD DE  ELECCIÓN  y la  LIBRE EDUCACIÓN DE SU  HIJO (A)  pero  lo que  no  se puede comprender  es como  una comunión   se  puede  volver  en un fieston.
- primero  en la formación  los padres  y madres  no quieren  saber  nada,  solo quieren  saber  cuando es  la  inscripción  y  cuando la  comunión y si por ellos  fuera mejor no asistir  a nada 
- Segundo hemos dejado a un lado  todo lo  referente  a Dios,  independientemente  a sus  creencias,  pero  seamos  consecuentes en todo y para  todo. Si  digo no  creo, pues no hagas el pantomima de  querer  hacer lo que  quieres  con  esto que si  algunos  creen. O mas  fuerte  todavía  quieren  los padres  refundar  todo  para que este  a sus anchas.

REPITO:  RESPETO  LA OPINIÓN Y ELECCIÓN  DE CADA  UNO   ya me estoy  viendo  aquí con  mensajes  pero  estaría  bueno que  seamos consecuentes  y no nos gastemos  lo que no tenemos.

martes, 9 de mayo de 2017

FIESTAS 8-9 DE MAYO 2017 TORRES DE BERRELLEN

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Virgen del Castellar  2017

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San Gregorio de Ostia Junto  a la Virgen
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pregon desde el  ayuntamiento 

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Paloteadores  

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Ofrenda  de Flores 

martes, 2 de mayo de 2017

FIESTAS PATRONALES 2017

Conservaba todas estas cosas,
meditándolas en su corazón» (Lc 2,19).

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Celebrar las fiestas es recordar todas las historia de nuestras familias, el recorrido de nuestras vivencias personales camino de Peregrinación.

Mis estimados hermanos (a) en la Fe: Una vez más, nos reuniremos para celebrar lo más grande y hermoso de nuestra religiosidad popular las “FIESTAS DE LA VIRGEN DEL CASTELLAR” Madre: protectora, guía, modelo de humildad, sencillez y pobreza. A ella acudimos como todos los años dirigiendo nuestras peticiones y agradecimientos.

María se nos presenta como un vaso siempre rebosante de la memoria de Jesús, Sede de la Sabiduría, al que podemos acudir para saber interpretar coherentemente su enseñanza; esta en nosotros el querer o no querer acercarnos. 

Bienaventurada eres tú, María, porque has dado al mundo al Hijo de Dios; pero todavía más dichosa por haber creído en él. Llena de fe has concebido a Jesús antes en tu corazón que en tu seno, para hacerte Madre de todos los creyentes (cf. San Agustín, Sermón 215, 4). Derrama sobre nosotros tu bendición en este día consagrado a ti; muéstranos el rostro de tu Hijo Jesús, que derrama sobre todo el mundo su misericordia y su paz.

Una vez más comparto con cada uno de vosotros esta cercanía hacia Nuestra Madre, solo vosotros podréis gritar a los cuatro vientos cuanto queréis a la Virgen, solo vosotros haréis posible que nuestros jóvenes se acerquen cada día a su madre, solo vosotros  podréis contagiar el grito silencioso de una madre a su niño (a). Cada día tiene y debe ser un desafío para no perder lo que mantiene unidos a todos los habitantes de Torres de Berrellén, ayúdenme a cuidar de vuestra casa donde habita la única que nos hace pensar y nos hace gritar vivas. Nunca Olvides que esta es tu casa donde recibiste el: Bautismo, la Comunión, la Confirmación, el Matrimonio y donde posiblemente te despedirás de tu pueblo.
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No crees que es tiempo de dejar todo de lado y regalarle unos  minutos y decir Soy parte de esta comunidad? No te parece que es tiempo de Dar Gracias Juntos?

El Hijo de María nos dice: «No les tengas miedo,» (Jer 1,8) a nada, ni a nadie, en nuestro mundo es difícil ser diferentes pero no imposible Dios está con nosotros.


Les deseo Felices Fiestas y te pido una vez más: Acércate a la Casa de tu Madre que cuida de ti.