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martes, 29 de marzo de 2016

Felices pascuas de Resurreccion


¡ES EL SEÑOR!

Dolores Aleixandre 
En un cuento hasídico recogido por Martin Buber y que tiene como título «El juego del escon­dite», el nieto de Rabí Baruch, un anciano rabino, jugaba un día al escondite con otro niño. Estuvo escondido mucho tiempo pensando que su compañero le estaba buscando hasta que, cansado de esperar, salió de su escondite y corrió llo­rando a contarle a su abuelo, el anciano rabí, que su amigo ni siquiera se había puesto a buscarle. Los ojos de Rabí Baruch se llenaron también de lágrimas y dijo: «Eso es también lo que dice el Señor: "Me escondo y nadie me busca..."».
«Se apareció Jesús»
(JPG)En los relatos pascuales de los Evange­lios hay algo de este juego: el Resucitado aparece repentinamente «bajo otra figura» a dos discípulos, como dice Marcos (16,12), se acerca bajo la apariencia de un peregri­no a los de Emaús (Le 24,15) o de un jardi­nero a María Magdalena (Jn 20,11-15). El resucitado aparece como quien desaparece. Es el mismo Jesús, pero no es lo mismo. La nueva presencia abre los ojos de los discí­pulos; les hace ver y entender de una ma­nera nueva. Les hace pasar del miedo y de la duda a la confianza.
Es el tránsito del «no conocer» al «reco­nocer» lo que envuelve a los discípulos en el dinamismo pascual y los hace pasar de un estado de indigencia a otro en el que les desborda la plenitud del gozo. En la escena del lago (Jn 21,1-14), la fa­tiga estéril de los pescadores en la noche es su manera de experimentar la ausencia de un Jesús que se esconde. El «no» con que responden a la pregunta del desconocido que está en la orilla y pregunta: «Muchachos, ¿tenéis pescado?», resume una situación ce­rrada, y casi les arranca una confesión de conciencia desdichada de la que no parece haber salida.
Es de noche en medio del lago. Y ellos es­tán buscando al Maestro sin saberlo.
«¡Es el Señor!»
El amanecer acompaña la presencia de Jesús en la orilla y el dato de la luz nos in­troduce en una situación nueva y abierta: comienza el día, se escucha una palabra y la red desborda de peces. La luz llega a los ojos de Juan y le hace salir de Ia oscuridad y entrar en el reconocimiento: «¡Es el Se­ñor!» (Jn 21,7).
Pedro salta al agua porque reconocer en Israel no pertenece sólo al ámbito de la inte­ligencia, sino que afecta y compromete la vi­da entera: conocer al Señor es conocer su in­terpelación, es entrar en una relación de obediencia rendida.
El final de la escena refleja la situación transfigurada: el trabajo se ha vuelto fe­cundo, los discípulos se apiñan en torno a aquél que ha congregado su dispersión y ha vuelto a reunirlos en una comida fra­terna. La conversión a la que convoca la Pascua está insinuada en un verbo ya fa­miliar: «Ninguno se atrevía a preguntarle: ¿quién eres?, porque sabían que era el Se­ñor» (Jn 21,12).
«Es gloria de Dios ocultar un proyecto, es gloria de reyes descubrirlo» (Prov 25,2) sen­tenciaba la sabiduría tradicional.
La novedad de la Pascua va más allá del viejo proverbio: la verdadera gloria está en acoger con asombro agradecido que, cuando jugamos con Dios, el juego termina en en­cuentro pero no como fruto del esfuerzo de nuestra búsqueda, sino como un regalo in­merecido.


Domingo de  Ramos


Jueves Santo


Monumento Jueves Santo 



Viernes  Santo 

Mi  Cristo Entrando a su  casa


Sabado de Gloria 

Cirio Pascual 


Domingo de Gloria

Grandes personas y amigos  


Quiero desearos a cada uno de los que ingresan a esta casa  llamada  Blog FELICES PASCUAS DE  RESURECCION que el Señor que nos a venido a buscar nos llene de gracia y esperanza para un mañana  mejor.

buscad, salid, y disfrutad .. que el amor de Dios es tan grande que  solo  aquel  que  cree  puede caminar  junto a  El. 

Ahora es el tiempo del anuncio y de la vida. Ahora nos toca a cada uno de nosotros ser otros cristos en medio del mundo, (trabajo,  instituto, familia, calle, grupos de amigos, etc) en cada uno de ellos tengamos la certeza de tener cerca al Resucitado "No tengamos  miedo de ser cristianos"...

viernes, 18 de marzo de 2016

SEMANA SANTA 2016

Para Qué Es El Tiempo De La Cuaresma Y La Semana Santa?


La razón por la cual celebramos el tiempo de la cuaresma y de la Semana Santa es que es una de las tradiciones de la iglesia católica que tiene como fin la reflexión y hacer un acercamiento a Dios reconociendo la vida, pasión y muerte de Jesucristo por la humanidad.
Es muy importante que cada uno de nosotros seamos capaces de ser instrumentos de la Misericordia de Dios Padre. no olvides que  fue por  ti y por  mi quien esta en el madero... Año de la Misericordia en que debemos recordar  que el amor es mas  fuerte que todo rencor hacia nuestro prójimo.. tiempo de reconciliación y vivencia incondicional.
No olvides que aquí esta la  raíz de nuestra  fe y nuestro  credo, no es un tiempo simplemente de tomarse vacaciones... eso no ...busquemos lugares de oración en los que compartir nuestra creencia pero sobre todo  nuestro  testimonio de  vida.


 ¿Por qué celebramos los católicos la Semana Santa?
Al final de la cuaresma, los católicos celebramos la Semana Santa, en la que recordamos la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

La Semana Santa comienza con el DOMINGO DE RAMOS, este día recordamos cuando Jesús entró en Jerusalén y todo el pueblo lo alabó como Rey. Este día, los católicos llevamos palmas a la Iglesia, como los judíos en tiempo de Jesús, para que las bendigan.

El jueves de la Semana Santa, recordamos el día que Cristo tuvo la ULTIMA CENA con sus apóstoles. Esta cena es muy importante porque en ella Jesús, como sabía que iba a morir, quiso hacer algo para poder quedarse para siempre con los hombres, dejándonos LA EUCARISTIA, o sea la COMUNION

Entonces, cada vez que comulgamos, Cristo que está en la Hostia, entra en nuestra alma.
El Viernes Santo Jesús fue apresado, humillado, agredido, condenado y, finalmente, muere en la Cruz. Muerte por amor a todos los seres humanos, para, precisamente, vencer a la muerte del alma que es el pecado.

Después de su muerte, Cristo fué sepultado y al tercer día RESUCITÓ. Este domingo de resurrección es el día más importante de la Semana Santa, es el día de más alegría para nosotros los católicos.

En definitiva, siendo Dios, se hace hombre, elige sufrir como hombre para entregar su vida por sus hijos, y con esa 

REFLEXION:
Semana Santa: Es un buen momento para pensar, meditar y reflexionar sobre el pasado, presente y el futuro de nuestra vida, los hijos/as, esposas/os, en fin, nuestra familia, nuestra sociedad. Es hora de renovar nuestra fe y nos conduzca hacia el camino de la reconciliación con todos nuestros hermanos, en la búsqueda de un porvenir mejor, olvidando la guerra, la discordia, las confrontaciones, Dios nos dice en su palabra que El es el principio y el fin. 



¿Qué es el viacrucis?

Es la meditación de los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y posterior resurrección. Literalmente, via crucis significa "camino de la cruz". Al rezarlo, recordamos con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos del pecado durante su pasión y muerte. Dicho camino se representa mediante 15 imágenes de la Pasión que se llaman "estaciones". Te animarás a cargar con las cruces de cada día, si recuerdas con frecuencia las estaciones o pasos de Jesús hasta el Calvario.

"Como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin” (v. 1). El amor es algo fácil de fingir. Las personas nos dicen a menudo que nos aman, y pueden ser muy convincentes. Pero, lamentablemente, nos damos cuenta de que esas palabras son con frecuencia vacías, y nos quedamos anhelando un amor más profundo y más auténtico.

En su última celebración de la Pascua, la misma noche que Él sabía que iba a ser arrestado, Jesús hizo lo impensable: Tomó una toalla y se inclinó para lavar los pies de sus discípulos

En esa cultura, donde usar sandalias era lo normal, solo el esclavo más humilde realizaba esa desagradable tarea en la casa. Pero ahora Jesus, su Maestro y Mesías les estaba lavando el polvo, la suciedad, y peor aún, los pies. Pronto su sangre perfecta e inocente les lavaría también la suciedad de sus pecados.

Un amor de esa profundidad es difícil de entender. ¿Quién es capaz de entender realmente la humildad divina? ¿El sacrificio divino? Fue la misericordia de Dios dando evidencias de sí misma.

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

1. El amor de padres es tierno; el amor de pareja es romántico; el amor de amigos es recíproco. Pero Jesús modela aquí un amor sacrificial y humilde. ¿De qué manera este amor es diferente a los otros tipos de amor?

2. Una cosa es ser humillado por alguien de una posición más alta que la de uno, pero otra es humillarse uno mismo delante de una persona de rango inferior. ¿Alguna vez amó usted a alguien que no lo mereciera? ¿Estuvo tentado a no seguir haciéndolo? ¿Qué le dice eso acerca del acto de Jesús de lavar los pies de los discípulos? ¿De qué manera le anima su ejemplo?

3. Dios se humilló a sí mismo, primeramente al convertirse en hombre, y después, al someterse a burlas, golpes y a la crucifixión. ¿Cómo ha respondido usted a su tal sacrificio? ¿Cuál es la respuesta adecuada?

miércoles, 16 de marzo de 2016

CUARESMA CAMINO A LA PASCUA


TIEMPO DE CONVERSIÓN

La Cuaresma es un tiempo privilegiado para intensificar el camino de la propia conversión. Este camino supone cooperar con gracia para dar muerte al hombre viejo que actúa en nosotros. Se trata de romper con el pecado que habita en nuestros corazones, alejarnos de todo aquello que nos aparta del Plan de Dios y por consiguiente de nuestra felicidad y realización personal.
En efecto, la vida cristiana no es otra cosa que hacer eco en la propia existencia de aquel dinamismo bautismal, que nos selló para siempre: morir al pecado para nacer a una vida nueva en Jesús, el Hijo de María (Jn 12, 24). Esa es la opción del cristiano: la opción radical coherente y comprometida, desde la propia libertad, que nos conduce al encuentro con Aquel que es Camino, Verdad y Vida (Jn 14, 6); encuentro que nos hace auténticamente libres, nos manifiesta la plenitud de nuestra humanidad.
Todo esto supone una verdadera renovación interior, un despojarse del hombre viejo para revestirse del Señor Jesús. En las palabras de Pablo VI: "Solamente podemos llegar al Reino de Cristo a través de la metanoia, es decir, de aquel íntimo cambio de todo el hombre -de su manera de pensar, juzgar y actuar- impulsados por la santidad y el amor de Dios, tal como se nos ha manifestado a nosotros este amor en Cristo y se nos ha dado planamente en la etapa final de la historia".
Esta es la gran aventura de ser cristiano, a la cual todo hijo de María está invitado. Camino que no está libre de dificultades y tropiezos, pero que vale la pena emprender, pues sólo así el ser humano encuentra respuesta a sus anhelos más profundos, encuentra su propia felicidad.


MARÍA MODELO

En este camino que nos prepara para acoger el misterio pascual del Señor, no puede estar ausente la Madre. María está presente durante la Cuaresma, pero lo está de manera silenciosa, oculta sin hacer notar, como premisa y modelo de la actitud que debemos sumir.
Durante este tiempo de Cuaresma, es el mismo Señor Jesús quien nos señala a su Madre. Él nos la propone como modelo perfecto de acogida a la Palabra de Dios. María es verdaderamente dichosa porque escucha la Palabra de Dios y la cumple (Lc 11, 28).
Caminemos en compañía de María la senda que nos conduce a Jesús. Ella, la primera cristiana, ciertamente es guía segura en nuestro peregrinar hacia la configuración plena con su Hijo

miércoles, 2 de marzo de 2016

EL PERDON EN CUARESMA


EL PERDÓN
El tema del día era resentimiento y el maestro nos había pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico.
Ya en clase elegimos una papa por cada persona que guardábamos resentimiento.

Escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de la bolsa. Algunas bolsas eran  realmente pesadas.
El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de papas.

Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo. El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y cómo, mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado desatendía cosas que eran más importantes para mí.

Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra "mochila" sentimental.
Este ejercicio fue una gran metáfora del precio que pagaba a diario por mantener el resentimiento por algo que ya había pasado y no podía cambiarse.

Me di cuenta que cuando hacía importantes los temas incompletos o las promesas no cumplidas me llenaba de resentimiento, aumentaba mi stress, no dormía bien y mi atención se dispersaba.
Perdonar y dejarlas ir me llenó de paz y calma, alimentando mi espíritu.

La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando.
Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos.
El perdón es una expresión de amor.

El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.

Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos  negativos que nos causaron dolor o enojo.

El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó.
La falta de perdón te ata a las personas desde el resentimiento. Te tiene encadenado.

La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes.
El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario.
Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.

"La declaración del Perdón es la clave para liberarte".

¿Con qué personas estás resentido?
¿A quiénes no puedes perdonar?
¿Tú eres infalible y por eso no puedes perdonar los errores ajenos?
"Perdona para que puedas ser perdonado"
"Recuerda que con la vara que mides, serás medido..."


Meditación del Papa
Quien cree en Dios, Padre lleno de amor por sus hijos, pone en primer lugar la búsqueda de su Reino, de su voluntad. Es todo lo contrario del fatalismo o el ingenuo irenismo.

 La fe en la Providencia, de hecho, no exime de la cansada lucha por una vida digna, sino que libera de la preocupación por las cosas y del miedo del mañana. Está claro que esta enseñanza de Jesús, si bien sigue manteniendo su verdad y validez para todos, es practicada de maneras diferentes según las diferentes vocaciones: un fraile franciscano podrá seguirla de manera más radical, mientras que un padre de familia deberá tener en cuenta sus deberes hacia su esposa e hijos. En todo caso, el cristiano se distingue por su absoluta confianza en el Padre celestial, como Jesús. 

Precisamente la relación con Dios Padre da sentido a toda la vida de Cristo, a sus palabras, a sus gestos de salvación, hasta su pasión muerte y resurrección. Jesús nos ha demostrado qué significa vivir con los pies bien plantados en la tierra, atentos a las situaciones concretas del prójimo, y, al mismo tiempo, teniendo el corazón en el Cielo, sumergido en la misericordia de Dios. Benedicto XVI, 27 de febrero de 2011.


Reflexión

La actitud de quien contempla la vida como destinada a solucionarse entre una serie de reglas y reglas resulta gravemente deprimente porque cree que los medios son los fines últimos de nuestra vida.

Si lo que hacemos se convierte en cumplir la regla, porque "así está escrito", sin entender por ello el pensamiento de aquél Quien ha dictado la Ley del amor, se acaba ciertamente por traicionar el espíritu de quien la fundó. Sencillamente compasión, honestidad, fidelidad, respeto y amor perderían todo el sentido.