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sábado, 20 de diciembre de 2014

FELIZ NAVIDAD 2014

Quien diría, ya es navidad, oh noooo, todavía no lo es todavía seguimos en un rumbo en que cada uno estamos como loquitos  corriendo de un lugar a otro  para otro, son días en lo que cada uno quiere llegar a todos los  sitios: que si cenas, que si reuniones, que cafés, que si reunión familiar, que la reunión de los chicos, etc etc....  
son días en los que uno termina estresado por tanto que hacer cada día....  pero como siempre hemos olvidado lo esencial de las fiestas de fin de año o la navidad... es el cumpleaños de Jesús de Nazareth...  quien se acuerda de  ello... pocos verdad... ojala que este año a pesar de toda la crisis que vivimos en nuestra sociedad sepamos ser agradecidos para con los demás, que sepamos ir a agradecer  y decirle a Jesús un  feliz cumpleaños en su día.

Carta de Jesús para ti en esta Navidad

Como bien sabes, amigo mío, yo pedía muy pocas cosas en mi vida.
Pedí una posada, antes de nacer, pensando sobre todo en mi madre. Pedí a Zaqueo que me alojara en su casa, y a otro buen amigo el salón para celebrar la Pascua. Pedí un par de veces agua para beber.
¡Ah!, y también pedí un burrito para hacer mi entrada triunfal en Jerusalén, y así no dejar mal al profeta Zacarías.

No me interesaban las cosas. Me interesaban las personas. Me interesaba, sobre todo, la amistad. No me cansaba de pedir amigos: amigos que me siguieran, que se unieran a mi causa, que estuvieran conmigo, que continuaran mi tarea.

Mi tarea de hoy va en la misma línea. No os voy a pedir ayuda material, aunque también la necesito para mis pobres. Tampoco os voy a pedir que dejéis a vuestra familia y vuestros estudios, aunque a alguno se lo seguiré pidiendo.

Mi petición va dirigida a todos y está al alcance de todos.
Mirad, tengo unas ganas tremendas de seguir "haciendo el bien", pues veo a tanta gente triste y necesitada.

Me muero de pena al ver que muchos niños no sonríen y mueren prematuramente.

No puedo soportar la imagen del joven que camina a la deriva, que quema su vida con cualquier tipo de droga y se hunde en el infierno del vacío y de la desesperación.

Me entristece la estampa del viejo, al que nadie quiere y parece estorbar en todas las partes.
Cada matrimonio que se rompe es una cuchillada a mi corazón. No digamos otro tipo de violencias y de guerras.

Me indigna el que unos se aprovechen de los otros, que siga habiendo personas y pueblos sin libertad y sin dignidad.

En fin, no voy a repetir aquí lo que bien sabéis vosotros. Lo que si quiero deciros es que unas veces me dan ganas de llorar y otras de coger el látigo.

Y lo que os pido, lo que te pido, es que me prestes tus manos para que con ellas yo pueda seguir curando, bendiciendo y acariciando.
Te pido que me prestes tus pies para que pueda seguir acudiendo a las llamadas de tantos desvalidos y para correr detrás de los que se descarrían.

Te pido tus labios, para besar a tantos niños y a tantos hambrientos de amor.
Te pido tu lengua, para seguir dando buenas noticias a los pobres y denunciar a los hipócritas y opresores.

Te pido tus ojos, para mirar con ternura y cariño a toda la gente.
Te pido tu rostro, para sonreír a cada uno, para sonreír a pesar de todo, para iluminar todas las situaciones con mirada de gracia, de paz y de alegría.
Estáis tan nerviosos y preocupados, que lo llenáis todo de angustia. Te pido en fin, tu corazón, para que yo pueda seguir amando a mi manera.
Si me los prestas, no hace falta que te desprendas de ellos. Es muy sencillo: utilizados tú como si fuesen míos, como si ahora te los prestara yo. Haz tú con ellos lo que estoy deseando hacer yo.
Sonríe, pues, aunque no tengas ganas de hacerlo, pero sabiendo que yo lo quiero.
Comparte, aunque te cueste, pero piensa que yo lo haría.
Te infundiré mi Espíritu, para actuar yo desde tú mismo. Te enseñaré el modo y la manera, te daré la fuerza y la capacidad. Yo me prolongaré en ti. Tú serás mi instrumento. Tú y yo seremos, te lo aseguro, un Dios para el hermano.

Te lo pido por el amor del Padre, por el dolor de los inocentes, por todo lo que más quieras. En espera de tu respuesta positiva, te mando un abrazo.
Jesús
Autor desconocido

martes, 2 de diciembre de 2014

CAMINO DEL ADVIENTO 2014

El tiempo de Adviento nos devuelve la esperanza, dice el Papa Francisco


El Santo Padre dijo que “el tiempo de Adviento, que hoy de nuevo comenzamos, nos devuelve el horizonte de la esperanza, una esperanza que no decepciona porque está fundada en la Palabra de Dios. ¡Una esperanza que no decepciona sencillamente porque el Señor no decepciona jamás! 
Él es fiel, Él no decepciona. ¡Pensemos y sintamos esta belleza!”.


hoy no  escribiré  nada  compartiré  esta reflexión de un  sacerdote y periodista  Antonio Gil
Me acaba de llegar la primera felicitación navideña, con este titular: "Casaldáliga felicita las Navidades: Hay que nacer de nuevo, hermanos Nicodemos". 
Y su comienzo no puede ser más poético, más teológico y más provocador: "Sube a nacer conmigo, dice el poeta Neruda. Baja a nacer conmigo, dice el Dios de Jesús. 
Hay que nacer de nuevo hermanos Nicodemos y hay que nacer subiendo desde abajo. 
De esperanza en esperanza, de pesebre en pesebre, todavía hay Navidad. Desconcertados por el viento del desierto que no sabemos de dónde viene ni a dónde va. Encharcados en sangre y en codicia, prohibidos de vivir con dignidad, sólo este niño puede salvarnos". 
Estremecen las palabras del obispo emérito en su felicitación navideña. Pero la Navidad, en la liturgia eclesial, tiene como pórtico el Adviento, cuatro semanas dedicadas a su preparación. 
Preparar la Navidad es, ante todo, esperar la venida de Jesús para acogerlo en nuestra vida. Preparar la Navidad es, ante todo, reforzar nuestra honradez, nuestra humanidad, nuestra integridad y la sensibilidad ante el sufrimiento. Tiene una palabra clave que se desdobla y se repite: "vigilad", "estad alerta", "vivid despiertos".
 Y tiene también su decálogo que podemos confeccionar, seleccionando el espíritu de este tiempo de espera y de esperanza, de reflexión y de preparación.
 Primero, reconoce tu pobreza, tu vacío. 
Segundo, reconoce tu debilidad: tú solo no puedes alcanzar lo que tanto deseas. 
Tercero, no te acomodes a tu pequeñez: lucha por crecer siempre más. 
Cuarto, no te distraigas, no te entretengas, vive con el alma de puntillas. 
Quinto, sé persona de grandes deseos, no te conformes con las migajas de la mesa de la esperanza. 
Sexto, grita, suplica, llora, reza. Crece en el deseo, crece en el amor. El amor engendra deseo y el deseo enciende el amor. 
Séptimo, paciencia y perseverancia. Todo tiene su tiempo para madurar y todo se debe preparar. No seas caprichoso, ni ansioso. La espera aquilata y capacita. 
Octavo, no duermas, vigila, no dejes que tu lámpara se apague. 
Noveno, tambien la fe ha de estar despierta, siempre atentos a cualquier signo, voz o pisada.
Décimo, los ojos y los oídos bien abiertos.
El Adviento que hoy comienza desemboca en la Navidad. Monseñor Casaldáliga terminaba su felicitación con estas palabras: "Desde las periferias existenciales, con la fe de María y los silencios de José y todo el misterio del Niño, hay Navidad. Con los pobres de la tierra confesamos que El nos ha amado hasta el extremo de entregarnos a su propio hijo, hecho Dios venido a menos, en una kenosis total.
 Y es Navidad. Y es tiempo nuevo. Y la consigna es que todo es gracia, todo es pascua, todo es reino". 

Así proclama en su felicitación monseñor casaldáliga, abriendo a la humanidad los más hermosos horizontes de esperanza. 


Nada es fácil en esta hora, pero en nuestras manos está vivir en "adviento", es decir, "en espera", no con los brazos cruzados sino batallando por la verdad, el amor, la justicia y la libertad.
EL ORIGEN DEL ADVIENTO
 
Sobre el origen del adviento es preciso remontarse al siglo IV. “El Concilio de Zaragoza (año 380) habla de un tiempo preparatorio a la navidad, que comprende desde el 17 de diciembre, es decir, ocho días antes de la gran fiesta del nacimiento de Jesús, y obliga a los cristianos a asistir todos los días a las reuniones eclesiales hasta en día 6 de enero.
En Francia, San Gregorio de Tours, menciona un período de ayuno a celebrar a partir del 11 de diciembre, lo que confirió al adviento un carácter marcadamente penitencial… Nos consta en la Iglesia de Roma en el siglo IV una gran celebración de la fiesta de la navidad… Progresivamente, según se va enriqueciendo de contenido teológico el memorial de la , así se va diseñando el adviento como una auténtica liturgia.
San León magno, Obispo de Roma en el siglo V, piensa el misterio de la navidad como una preparación para la pascua: el pesebre es premonición de la cruz y la llegada del Mesías asumiendo la humanidad es evocación de la segunda venida del Señor, revestido de poder y gloria.
De ahí que, con el paso del tiempo, el adviento en Roma revistiera esa doble perspectiva y que se mantiene hasta el día de hoy: celebración de la parusía del Señor que ha de venir y también celebración de aquel misterio de Cristo, su salvífica encarnación, que culmina en el misterio pascual, realizado por la muerte y resurrección del Señor. Así, pues, adviento que en cuanto vocablo pagano no significa más que venida o llegada, o aniversario de una venida, asume un nuevo valor semántico: el de espera y el de preparación”.
ACTITUDES DE ADVIENTO
 “Vigilante espera”
“Prepararnos con alegría”
“Velando en oración y cantando su alabanza”
“Recibir al Señor en la fe, testimoniarlo en el amor
y esperar confiados en su reino”