Nuestros párrocos son algunos de los miembros
más trabajadores de la Iglesia. El sacerdote parroquial típico trabaja los
fines de semana y vacaciones, vive en el mismo sitio que trabaja y solamente
tiene un día de descanso a la semana, sin mencionar que hoy en día se les pide
cuidar a más almas y asumir más responsabilidades y funciones que nunca antes.
Les hemos preguntado a algunos párrocos cómo
podríamos hacerles saber que estamos agradecidos por todo el trabajo que ellos
hacen por nosotros. Recibimos estas respuestas de ellos, sin ningún orden en
particular:
1. Orar por tu sacerdote(s)
La cosa más importante que un fiel puede hacer
por su sacerdote es rezar por él. Siempre estamos orando por alguien, y debemos
ofrecer la Misa todos los domingos y días de precepto en beneficio de la
comunidad. Es bueno saber que ellos también oran por nosotros todos los días.
Ofrece por el sacerdote un rosario, una hora
santa, una pequeña ofrenda o un sufrimiento cotidiano.
Envíale tarjetas a los sacerdotes
garantizándoles orar por sus intenciones
Ofrece tus oraciones por el sacerdote y su
labor pastoral. Es una gran alegría para mí porque sé que mientras mi comunidad
ore más por mí, más efectivo serán los frutos de mi ministerio sacerdotal”.
2. Prepararle una comida,
especialmente en los días de mucho trabajo
Sería bueno que alguien se cerciore de que el
sacerdote de la parroquia tenga una comida bien preparada los domingos y días
festivos de la Iglesia cuando hay más actividad.
A menudo no tenemos quien cocine por nosotros y
después de una larga jornada, sería agradable volver a casa y comer algo que no
tuvimos que cocinar nosotros mismos.
Descubre su comida favorita y prepárasela.
3. Celebrar sus días especiales.
También es buena idea celebrar el cumpleaños
del sacerdote o el día de su ordenación.
Es agradable que me recuerden en el día de mi
ordenación sacerdotal.
4. Orar más, quejarse menos.
La gran mayoría de las interacciones que
tenemos parecen girar en torno a una queja sobre el sacerdote, la parroquia,
otra persona de la comunicad, la música, la temperatura en la iglesia, una
bombilla quemada, una decisión, etc., y rara vez sobre las realidades espirituales
sobrenaturales.
5. Ofrecerse a ayudarle.
No esperes a que te pregunten si puedes hacer
algo, ¡ofrécete! Los sacerdotes tenemos la vocación de dar y servir, es difícil
para nosotros pedir cosas
Ofrecer voluntariamente tu tiempo a la
parroquia es un signo de apoyo y de servicio
Considera aumentar su diezmo para mostrar tu
apoyo a la parroquia y a el sacerdote
6. Participar en Misa y/o
Confesión.
Nada hará más feliz a un sacerdote
Elige un día para ir a la Misa que él esté
celebrando, y anima a la gente a sentarse en las primeras filas. Cuando el
padre pregunte después de la Misa por qué lo hiciste, coméntale que estabas
ofreciendo tu participación en la Misa en acción de gracias por su sacerdocio
7. Escribirles una nota expresando
tu agradecimiento.
Escribir una nota, sobre todo a un sacerdote
con el que ha perdido el contacto, haciéndole saber cómo su sacerdocio ha
impactado su vida, y que todavía estás participando activamente en la fe. Esto
significa mucho
Mi actividad favorita es recibir cartas de las
personas. Pero no una tarjeta con un par de palabras. Esas son agradables
también, pero me encanta recibir una carta o una tarjeta con un mensaje
significativo en ella.
Es muy poderoso oír a alguien describir
exactamente cómo lo que dije o hice fue fructífero para ellos. Es un
recordatorio de que Jesús es mucho más grande que yo y que puede hacer grandes
cosas con lo poco que tengo para ofrecer
Realmente aprecio cuando las personas me dicen
personalmente o envían notas de agradecimiento con mensajes como: ‘Gracias por
su sacerdocio’, ‘Gracias por ser nuestro pastor’, ‘Gracias por responder al
llamado de Dios’
Diles que han hecho una diferencia en tu vida
8. Dále las gracias a tu sacerdote
Agradece al sacerdote por cada Misa. Incluso si
no te agrada necesariamente el sacerdote, siempre la Misa gira en torno a la
presencia de Jesús
Puede significar mucho algo tan simple como
decir al sacerdote después de la confesión: Gracias por su ministerio, voy a
orar por usted.
Prepara un video pidiendo a diferentes
feligreses que le den gracias al párroco por algo que él hizo o dijo. Gracias
Padre ____ por…
9. Darles un elogio
Busca oportunidades para halagar a los
sacerdotes. Incluso a algunos que particularmente no te agradan
Siempre me animo cuando alguien me dice después
de la misa: Padre, esta misa fue hermosa”.
10. Preocúpate por su bienestar de
tu sacerdote
Anima al sacerdote a hacer una pausa en el
trabajo. (Normalmente están tan ocupados que se olvidan que también deben
descansar y cuidar de su salud, hasta que terminan enfermos).
11. Evitar el drama y los chismes
en la parroquia. Guárdate estas cosas para ti mismo.
Evita y detén el chisme sobre sacerdotes y
parroquias
No chismees o critiques, en cambio ofrécete a
ayudar y a construir.
Me pregunto cuántas vocaciones se arruinaron
cuando los jóvenes con inquietudes religiosas escucharon a los adultos criticar
y destruir a los sacerdotes, generalmente por alguna pequeña disputa en la
parroquia
12. Hacerle saber que le apoyas
Cuando seas testigo de una situación en donde
alguien está siendo grosero o injusto con el sacerdote, hazle saber que lo
notaste y exprésale compasión.
13. Establecer una relación antes
de corregirle.
No le digas lo que no te gusta o molesta si es
la primera vez que te has tomado la molestia de dirigirte a él
Dile hola antes de decirle lo que te parece
incorrecto
14. Tener expectativas realistas y
ser útil.
Probablemente él no es un plomero, así que no
pretendas que él arregle problemas de tuberías. Pero sin duda puedes
preguntarle si cree que hay una fuga. (Esto quiere decir, sé realista, el
sacerdote NO tiene todas las respuestas a todas las posibles situaciones de tu
vida, pero si tienes un problema, puedes acudir a él y pedirle su opinión)
Siempre asume que tiene buena voluntad. Ofrecer
retroalimentación es útil, pero las críticas y quejas constantes sin humildad y
amor sincero, agotan después de un rato
15. No acaparar al sacerdote
No creas que tienes al sacerdote sólo para ti,
especialmente los domingos. No esperes ser el amigo favorito del sacerdote. Él
es tu pastor y servidor, y necesita mantener las cosas a un nivel profesional.
No presumas delante de los demás miembros de la
comunidad lo “cercanos que son ustedes”, ya que crea rivalidades y celos, y
esto genera muchas tensiones en los sacerdotes.
16. Ser solidario
Siempre que hay algo que es estresante o un
momento difícil en la parroquia, se aprecia mucho el apoyo. No he tenido mucho
de eso en mis primeros 5 años (hasta ahora) pero recuerdo algunos momentos
tremendamente difíciles donde las personas enviaron una nota agradable.
Recuerdo haber descubierto un montón de notas
guardadas aquí en Santa María de hace 23 años cuando fue cerrada la escuela.
Los periódicos y algunas muy pocas personas muy
ruidosas, atacaron y acusaron al sacerdote de ser “racista” y “descuidado”. Él
guardó todas las docenas de notas de personas que le ofrecieron su comprensión
por la decisión tan difícil que él tuvo que tomar
17. Darle su espacio.
A veces, también es bueno estar solo y en paz.
Mantente alejado de una “bondad ansiosa” que asume que el sacerdote puede estar
deprimido, estresado, triste, solitario, etc. cuando a veces él simplemente
necesita algo de tiempo para relajarse a solas.
18. Invitarle a actividades.
Es agradable cuando la gente me toma en cuenta
para invitarme las reuniones familiares: cumpleaños especiales o aniversarios,
cenas en días festivos (a pesar de que por lo general no pueda ir porque estoy
con mi propia familia) pero es bueno ser invitado.
19. Buscar la santidad
Lo más importante que Dios desea, es que seamos
Santos. No hay nada más emocionante para un sacerdote que ser testigo de la
santidad en la vida de las personas a quienes él atiende, no sólo es una
experiencia de gracia de que su labor está dando frutos, sino que también es
tremendamente edificante para su propia búsqueda de la santidad.
Espero que esta lista te haya inspirado para
hacer algo por tu sacerdote. Recuerda que cada sacerdote tiene sus propias
preferencias que lo hacen sentirse apreciado.
A algunos realmente les gustaría que les
inviten a cenar, mientras que otros sacerdotes podrían preferir recuperar
fuerzas cenando solos.
Todos los sacerdotes que contactamos aprecian
mucho las cartas bien pensadas, llenas de sentido, donde las personas les
manifestaron las formas específicas en que sentían que ellos les habían
ayudado.
Esta puede ser una gran forma de empezar.
Hagámosle saber a nuestros sacerdotes cuánto nos preocupamos por ellos.
Si quieres agregar alguna otra forma adicional
y creativa de ayudar, puedes escribirla en los comentarios. Especialmente los
sacerdotes que lean esto, ¡Déjennos saber lo que les gusta!