En estos días todo el mundo empieza a moverse acorde a las procesiones.... bueno es un decir, las procesiones no siempre pueden llegar a ser, de Semana Santa, puede que sean otras procesiones en su vida. Pero al mismo tiempo os invito a vivir con esperanza de que no hay mal que dure mil años animo a todos.
La Semana Santa para los Cristianos es un momento de comenzar a replantearnos nuestro ser de Testigos, tendríamos que comprender esta palabra.
Ser Testigo es vivir con alegría y esperanza al estilo de Jesús de Nazareth, si así es, al estilo de este buen hombre que camino junto a nosotros, a quien el ciego lo reconoció como el Hijo de Dios, o la Samaritana con quien dialoga y le dice "Si supieras quien te pide de beber", con las hermanas de Lázaro a quien hace ver que las cosas de Dios son distintas a las de los hombres.
En estos días de Semana Santa es Preciso caminar mirando hacia la Cruz, de ahí brotara el signo indeleble de la Eucaristía, "Haced esto en conmemoración mía".
Jesús nos enseñó que la verdadera grandeza se mide por nuestra capacidad de servicio a los demás. Sucedió en la noche del jueves de aquella primera Semana Santa; la última en la vida terrenal de Jesús. Después de que el sol se ocultaba se daba inicio a la celebración de la Pascua, la fiesta más importante para todo el pueblo...
Para los cristianos, el jueves santo rememora la institución de la cena del Señor o eucaristía, y en ella Cristo mismo nos invita a servir a los demás así como también él lo hizo: «Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros.Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho» (Juan 13.14–15).
Segura Se entregó en la cruz y lo hizo para que todos tuviéramos perdón de pecados; esa fue una entrega consecuente con su vida de servicio. Jesús sufrió una muerte violenta por ser fiel a la verdad predicada y por hacer el bien. Su vida y sus principios atrajeron la furia de muchos. No soportaron que sanara a un paralítico porque lo había hecho el día equivocado; no admitieron que se acercara a los marginados...
La muerte en una cruz constituía una pena denigrante, tanto que estaba destinada sólo para los esclavos, los provincianos y los criminales más bajos. No era común, por ejemplo, que se crucificara a un ciudadano romano; ellos tenían derechos que los protegían para no recibir esa muerte. Pero Jesús, siendo judío, y habiendo atentado con sus enseñanzas contra las más preciadas instituciones religiosas y políticas, tanto romanas como judías, fue condenado al vilipendio de la cruz. ¡Crucifícale!, fue el grito enfurecido de una turba de fanáticos que creían que Jesús debía morir a causa de su irreverencia.
La muerte de Jesús es una expresión del amor de Dios; gracias a ella es posible el perdón del Señor: «El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados» (1 Juan 4.10). Es el perdón de Dios y la reconciliación con él lo que está en el centro de la celebración del Viernes Santo. Podemos, entonces, entablar una nueva relación con Dios; estar en paz con él, coexistir en relaciones armoniosas con los demás —que cuánta falta nos hace en este momento de guerras infames—, y vivir una existencia reconciliada con nosotros mismos y con la creación.
Segura Después de su muerte todos sus seguidores más cercanos huyeron al perder toda ilusión. Los antiguos pescadores volvieron a la orilla del mar para reanudar sus antiguas labores; a su criterio todo había sido una experiencia transitoria y pasajera , llena de sueños y esperanzas, pero con un triste y dramática desenlace, pero...
Resulta extraño, pero cierto es que ninguno de los discípulos de Jesús esperaba que él, después de su muerte vergonzosa en la cruz, resucitara. La muerte fue temida por ellos y la resurrección descartada. Ellos debían haberla esperado puesto que el Maestro les habló en muchas ocasiones acerca de ella. Oyeron, pero no comprendieron, parece ser lo que ocurrió.
La verdad es que después de su muerte todos sus seguidores más cercanos huyeron al perder toda ilusión. Los antiguos pescadores volvieron a la orilla del mar para reanudar sus antiguas labores; todo había sido una experiencia transitoria, llena de sueños, pero con un triste final.
Este sabor a derrota abrumaba a dos de los suyos cuando Jesús los encontró mientras caminaban rumbo a Emaús, una aldea situada a más de 11 kilómetros al noroeste de Jerusalén. El sentimiento de fracaso acompañaba las conversaciones de estos dos caminantes quienes, aun sabiendo que unas mujeres no habían encontrado el cuerpo de Jesús y que un ángel les había anunciado su resurrección, no creían. «Nosotros teníamos la esperanza de que él sería el que había de libertar a la nación de Israel. Pero ya hace tres días que pasó todo eso» (Lucas 24.21).
Cristo resucitó. El efecto destructivo de la muerte ha sido vencido por el poder de la vida otorgada por Dios. El mal y la muerte no dictan, pues, la última palabra. El reino de Dios ha certificado ser la razón final de la historia.
Hola Milton Benedicto.
ResponderEliminarhace mucho que no nos visitamos, un placer leerte, siempre que me es posible repaso bastante de lo no visto y leído anteriormente.
Te deseo una buena y Santa Semana.
Perdón, por no poder visitarte tan seguido como antes, he tenido unos días muy irregulares y ajetreados, dejo un poema pero no actualizó.
Paso a saludar y despedirme, me ausento por un tiempo, te visitaré a mi regreso, sepas que no te olvido.
Un abrazo
Ambar
Preciosa entrada que me ha hecho VIVIR esa Semana Santa que este año y por primera vez la tengo que pasar en el hospital atendiendo a mi marido, es otra forma de vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús a través de un enfermo .....Saludos cordiales
ResponderEliminarHola Milton Benedicto. Que lindo es este tu rinconcito, un lugar de paz, un sitio donde se siente bien estar. Gracias por tener sus puertas abiertas, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lola Barea.
Hola Milton Benedicto. Que lindo es este tu rinconcito, un lugar de paz, un sitio donde se siente bien estar. Gracias por tener sus puertas abiertas, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lola Barea.
Padre Milton, en todas las Semanas Santas rezo por Jesús y también por Judas, que tiene tan mala prensa, para mí solo fue un instrumento que Dios utilizó para cumplir el destino de su Hijo, las intenciones de Judas eran muy otras, solo quería que su Maestro les demostrara a los incrédulos quién era en realidad, un abrazo y Buena Semana Santa!
ResponderEliminarUn post precioso, para recapacitar y renacer a la esperanza en la familia y en los pueblos. Saludos... Me llevo esa hermosa pintura para ponerla en mi otro blog. Gracias.
ResponderEliminarLa Semana Santa es una de las fases del año más bonita y llena de recogimiento y pasión para todos los que somos Cristianos.
ResponderEliminarMaravillosa Entrada sobre esta fecha tan especial.
Abrazos.
GRACIAS POR TAN CARIÑOSA VISITA ...NO HE PODIDO DEJAR UNAS LETRAS EN TODO EL DIA Y AHORA APROVECHO PARA SALUDAR...Esramos en el pueblo desde ayer y apenas hay cobertura para las maquinas y moviles asi que felicidades a este maravilloso blog con preciosas totografias
ResponderEliminarun beso
Marina
Que Maravilloso es nuestro Dios!!!! Y pensar que tanta gente toman en poco este Sacrificio tan grande!!! Muy Sublime tu entrada. Me lograste llevar al caalvario y revivir la historia. Muchas gracias por compartir tanta VERDAD!!!! Muchas Bendiciones y te deseo pases un viernes Santo en la Presencia del Senor!!! Amen!!
ResponderEliminarUna maravillosa entrada. Una gran ayuda para reflexionar en esta Semana Santa.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias.