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domingo, 28 de diciembre de 2008

Joven, la felicidad que tanto buscas la encontrarás sólo en Cristo


Jóvenes, ¿por qué buscan tanto la felicidad en cosas que al fin y al cabo no les satisfacen? ¿Por qué se dejan llevar por lo que les presenta el mundo como bueno? ¿No será que se han equivocado en la búsqueda? Esto parecería que les dice Jesús a la juventud actual.

Simplemente, joven, aquí unas líneas que te ayuden a reconocer cuál es el camino que estás siguiendo, y cómo tomar decisiones que te ayuden a encontrar la felicidad.

Los jóvenes buscan y buscan sin encontrarle sentido a la vida, y en realidad una sola persona les puede ofrecer lo que tanto persiguen: se llama Jesús de Nazareth. Es interesante percatarse cómo la sociedad le presenta caminos a la generación que se levanta, y la mayoría son equivocados. Tampoco se puede ser pesimista; hay que admitir que algunas cosas son buenas, pero a lo que quiero llegar es que cualquiera que sea sincero consigo mismo, y con los demás, admitirá que, aunque se haya afanado por ser feliz, hay un hueco infinito que le hace falta llenar. Es precisamente el lugar que le corresponde a Dios, lo principal, lo esencial, lo primero.

El miedo al qué dirán puede aplacar la inquietud de ser felices al lado de Dios. Tomar la decisión de hacer la diferencia, sin importar qué ocurrirá después requiere valentía, esfuerzo y confianza. No es fácil dar este paso, y eso nadie lo puede negar. En cambio, el joven que se atreve dar el paso firme, a pesar de las tempestades que le sobrevengan, encontrará la felicidad.

Ser feliz no equivale a tener, ni tampoco a aparentar. Es el camino del ser, o sea, de lo que soy frente a Dios, que me conoce totalmente. Por lo tanto, es necesario, joven, que quites de tu vista los engaños para pasar así a la autenticidad. Ábrele las puertas de tu corazón a Dios, y él te colmará de lo que tanto andas buscando desesperado. Te hablo directamente para que te evalúes y puedas encontrar el único sendero que te permitirá vivir plenamente.

Hay una frase que me encanta acerca de la felicidad, y es la siguiente: “Todo el mundo desea ser feliz, pero no que lo sea todo el mundo” Jaume Perich. Lo que nos quiere decir este autor es que, aunque toda persona anhela ser feliz no todos lo logran, la alcanzan quienes se deciden a caminar tras ella. De qué forma se camina tras ella, simplemente dando paso a que Dios te transforme y ayude a dar la batalla diaria, porque en ningún momento he dicho que es fácil, sino que con Dios se alcanza la felicidad aun en las dificultades. Vale la pena responderle y esto es a lo que te invito.

Joven, anímate, y no tengas miedo, porque Dios te llama a ser grande, grande en el amor. No seas de la mayoría, sé de aquellos que se entregan a la medida de Jesús, que siempre buscó el bien del otro olvidándose de sí mismo. Dile: Señor, quiero ser feliz, muéstrame el camino que debo seguir para alcanzar este fin.

Voy a ti, atrévete…

Por: Gabriel Alonso Sánchez - Seminarista

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