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sábado, 11 de diciembre de 2010

DIEZ REFLEXIONES DEL ADVIENTO

1. El Adviento nació en España: El primer dato histórico relativo a un período de preparación para la Navidad –que es el Adviento– se puede encontrar en las actas del Concilio de Zaragoza en el año 380. Durante los días 17 a 25 de diciembre, los cristianos debían asistir a la iglesia todos los días, preparándose para la celebración del nacimiento del Señor.
2. Francia lo aceptó: El Concilio de Macon, en el año 581, aplicó las normas litúrgicas de cuaresma al periodo entre el 11 de noviembre y Navidad (unos cuarenta días, como la cuaresma). San Cesáreo de Arles, medio siglo antes, ya había pronunciado las primeras homilías de Adviento que se han conservado hasta ahora.
3. En Alemania nació la corona de Adviento: Una corona con cuatro velas, que se van encendiendo, una a una, los cuatro domingos de Adviento.
4. El tercer domingo de Adviento, el sacerdote se viste de rosa. La razón es que ese domingo es el domingo “Gaudete” (en latín, “alegraos”). Sin ser aún un domingo navideño, ya está avisando de que está cercana la Navidad, para que los cristianos nos alegremos. Si el sacerdote no utiliza la casulla anaranjada para el domingo “Gaudete”, quizá sea porque la parroquia no tiene casulla de ese color. Si se pone en la iglesia una corona de Adviento, la vela correspondiente a este domingo suele ser rosada también.
5. En la fiesta de la Inmaculada –que siempre cae en Adviento– se usa casulla azul. El azul no es un color propiamente litúrgico y sólo puede usarse en España y en los países del antiguo Imperio Español (Hispanoamérica, Filipinas, partes de Estados Unidos, etc.), como reconocimiento por parte de la Santa Sede del hecho de que España defendió siempre la doctrina de la “Inmaculada”, aún antes de que fuera proclamada como dogma.
6. El verdadero tiempo dedicado a la Virgen en la Iglesia es el Adviento y no el mes de mayo. La devoción del mes de mayo es algo estupendo, pero litúrgicamente el Adviento es el tiempo de la Virgen, porque es el tiempo de la espera del Mesías, junto con Nuestra Señora, que le esperaba con la fe y también físicamente, al estar embarazada. La advocación propia de este tiempo es la “Virgen de la O”, que hace referencia a una serie de antífonas de la liturgia de Adviento, que empiezan por O (oh Enmanuel…., Oh Llave de David…, etc.).
7. El Santo del Adviento: Es San Juan Bautista, porque su misión fue preparar el camino al Señor y anunciar su venida con una verdadera conversión. Es el Santo por excelencia del Adviento. Las lecturas para el Adviento son sobre los profetas, sobre todo Isaías.
8. Adviento no es Navidad: En nuestro ambiente, las luces de Navidad están puestas desde el 1 de diciembre, los villancicos suenan por todas partes y el árbol de Navidad se ve en todas las pantallas. El mundo sólo es comercio. Pero nosotros tenemos que prepararnos para celebrar un hecho que cambió el mundo y nuestras propias vidas: la Encarnación y el Nacimiento del Hijo de Dios. La Navidad es una pascua –un paso del Señor– y tenemos que preparar el corazón para que no pase de largo por nuestra vida. Por eso, la invitación fundamental del Adviento es a estar en vela, a orar, a despertar del sueño de la muerte y avivar el deseo de recibir a Cristo. La Iglesia nos lo enseña con la liturgia. Durante todo el Adviento, las vestiduras litúrgicas son moradas y se omite el gloria en la misa del domingo, porque es tiempo de penitencia y de conversión.
9. El Adviento tiene dos partes porque es una preparación para dos venidas. La primera parte del Adviento, hasta el día 16 de diciembre, prepara para la segunda venida de Cristo, para la Parusía del fin de los tiempos. Y las lecturas en la misa se centran en el fin del mundo. En la segunda parte del Adviento, entre el 17 y el 24 de diciembre, las lecturas y la liturgia se refieren ya explícitamente a la preparación de la Navidad.
10. La última palabra se la dejamos a Dios: “Ahora es tiempo de gracia, ahora es tiempo de salvación”. A convertirse. O, mejor aún, a dejarse convertir por Dios como la mejor preparación para la Navidad. Que Jesús nazca en el cálido pesebre de nuestro corazón.
(AUTOR: Antonio Martín http://www.latribuna.hn/  )

1 comentario:

  1. gracias por su compartir es verdad estamos en un tiempo dinde hemos de preparar la casa interor es ese lugar donde el Señor ha de nacer cada momento de nuestra vida es un darle un lugar a ÉL que esperamos gracias por su visita a mi blog a sido un placer pasar po aquí me ayuda gracias unidos en oración y un abrazo en Cristo Jesús

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GRACIAS POR COMENTAR Y REZA POR MI