Entrada destacada

FORMAR DE AGRADECER A NUESTROS CURAS

Nuestros párrocos son algunos de los miembros más trabajadores de la Iglesia. El sacerdote parroquial típico trabaja los fines de s...

Seguidores

SEGUIDME

lunes, 20 de diciembre de 2010

La Navidad no es cuento

Esta  nueva  semana  quiero  aprovechar este  texto maravilloso,  con referencia a la  navidad,  y creo que  los  haré mios  con la autorización  del  autor, y sabéis, este  sera mi  sermón de la noche  buena,  que  os parece  sugerencias  recibo.
Que bueno  verdad  amigos, llego el  tiempo esperado DIOS CON NOSOTROS   esta  ya  cerca, espero que todos estemos preparados para  recibir a este  maravilloso la buena noticia de  del  VERBO ENCARNADO en la humanidad,  hagamos un  lugar en nuestro  hogar, en nuestras  vidas, y en nuestros  corazones, abramos  los  ojos y  los  oídos de nuestro  corazón.
No tengáis  miedo de  sentir  el amor de Dios, el  vino  hacia  nosotros, el vino a estar junto a  nosotros, él no eligió a las personas, simplemente  vino  a estar
El problema  grande  del hombre de hoy es  si quiere  dejarlo estar  junto a nosotros....
Sigamos caminando sin  desfallecer que Dios nos nos  abandona  REMA  MAR  ADENTRO  sin caerte  y si  te  caes  vuelve a  levantarte, ahí esta el detalle de  nuestra  convivencia de nuestra  vivesa de ser  hijos de Dios.

LA  NAVIDAD  NO ES  UN  CUENTO
Alguien me acercó un cuento de Navidad que leyó en alguna parte. Lo contaré a continuación porque realiza un hermoso viaje al corazón de Jesús niño.
Se dice que, cuando los pastores se alejaron y la quietud volvió, el niño del pesebre levantó la cabeza y miró la puerta entreabierta. Un muchacho joven, tímido, estaba allí, temblando y temeroso.
-Acércate -le dijo Jesús- ¿Por qué tienes miedo?
-No me atrevo… no tengo nada para darte.
-Me gustaría que me des un regalo -dijo el recién nacido.
El pequeño intruso enrojeció de vergüenza y balbuceó:
-De verdad no tengo nada… nada es mío; si tuviera algo, algo mío, te lo daría… mira.
Y buscando en los bolsillos de su pantalón andrajoso, sacó una hoja de cuchillo herrumbrada que había encontrado.
-Es todo lo que tengo, si la quieres, te la doy…
-No -contestó Jesús- guárdala. Querría que me dieras otra cosa. Me gustaría que me hicieras tres regalos.
-Con gusto -dijo el muchacho- pero ¿qué?
-Ofréceme el último de tus dibujos.
El chico, cohibido, enrojeció. Se acercó al pesebre y, para impedir que María y José lo oyeran, murmuró algo al oído del Niño Jesús:
-No puedo… mi dibujo es «remalo»… ¡nadie quiere mirarlo…!
-Justamente, por eso yo lo quiero… siempre tienes que ofrecerme lo que los demás rechazan y lo que no les gusta de ti. Además quisiera que me dieras tu plato.
-Pero… ¡lo rompí esta mañana! - tartamudeó el chico.
-Por eso lo quiero… Debes ofrecerme siempre lo que está quebrado en tu vida, yo quiero arreglarlo… Y ahora - insistió Jesús- repíteme la respuesta que le diste a tus padres cuando te preguntaron cómo habías roto el plato.
El rostro del muchacho se ensombreció; bajó la cabeza avergonzado y, tristemente, murmuró:
-Les mentí… Dije que el plato se me cayó de las manos, pero no era cierto… ¡Estaba enojado y lo tiré con rabia!
-Eso es lo que quería oírte decir -dijo Jesús- Dame siempre lo que hay de malo en tu vida, tus mentiras, tus calumnias, tus cobardías y tus crueldades. Yo voy a descargarte de ellas… No tienes necesidad de guardarlas… Quiero que seas feliz y siempre voy a perdonarte tus faltas. A partir de hoy me gustaría que vinieras todos los días a mi casa. (Ariel David Busso)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

GRACIAS POR COMENTAR Y REZA POR MI