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miércoles, 25 de marzo de 2009

BENEDICTO XVI JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD 2009

Mensaje del Papa para la Jornada de la Juventud 2009


La invitación es que los jóvenes busquen la “gran esperanza” que es Dios.

"Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo"

(1 Tm 4,10) es el lema del Mensaje del Santo Padre, que se ha dado a conocer hoy, a los jóvenes del mundo con ocasión de la XXIV Jornada Mundial de la Juventud 2009, que se celebra el próximo 5 de abril, Domingo de Ramos.

La juventud, tiempo de esperanza“Todos advertimos la necesidad de esperanza, pero no de cualquier esperanza, sino de una esperanza firme y creíble”, expresa el Santo Padre, sobre todo cuando se es joven, ya que es el tiempo de soñar con el futuro. Luego, lo ideal es mantener viva en el corazón la llama de la esperanza. En búsqueda de la "gran esperanza"

¿Cuál es la gran esperanza? “Esta esperanza sólo puede ser Dios, que abraza el universo y que nos puede proponer y dar lo que nosotros por sí solos no podemos alcanzar.

Por eso, una de las consecuencias principales del olvido de Dios es la desorientación que caracteriza nuestras sociedades, que se manifiesta en la soledad y la violencia, en la insatisfacción y en la pérdida de confianza, llegando incluso a la desesperación”, explica Benedicto XVI. Uno de los desafíos y compromisos que constata el Papa, es anunciar la esperanza a la juventud, a ejemplo de San Pablo. San Pablo, testigo de la esperanza Cuando nació en San Pablo esta esperanza, fruto del encuentro con Cristo, era joven, un joven cuya vida cambió radicalmente por el amor de Dios.

La gran esperanza está en Cristo"Para Pablo, la esperanza no es sólo un ideal o un sentimiento, sino una persona viva: Jesucristo, el Hijo de Dios. (...) Si no estamos solos, si Él está con nosotros, es más, si Él es nuestro presente y nuestro futuro, ¿por qué temer?", enfatiza el Santo Padre, e invita a toda la juventud a actuar de acuerdo a la esperanza cristiana.

El camino hacia la gran esperanza"Jesús, del mismo modo que un día encontró al joven Pablo, quiere encontrarse con cada uno de vosotros, queridos jóvenes. (...)
Pero alguno de vosotros me podría preguntar: ¿Cómo puedo encontrarlo yo, hoy? O más bien, ¿de qué forma Él viene hacia mí?

La Iglesia nos enseña que el deseo de encontrar al Señor es ya fruto de su gracia", añade el Pontífice. María, Madre de la esperanza"María, Estrella del mar, guía a los jóvenes de todo el mundo al encuentro con tu divino Hijo Jesús, y sé tú la celeste guardiana de su fidelidad al Evangelio y de su esperanza", concluye.

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