“El adviento es un
tiempo de preparación para la navidad, donde se recuerda a los hombres la
primera venida del Hijo de Dios… Es un tiempo en el que se dirigen las mentes,
mediante este recuerdo y esta espera a la segunda venida de Cristo, que tendrá
lugar al final de los tiempos” (Misal Romano, Nº 39)
“El adviento tiene una
triple dimensión: histórica, en recuerdo, celebración y actualización del
nacimiento de Jesucristo; presente, en la medida en que Jesús sigue naciendo en medio
de nuestro mundo y a través de la liturgia celebraremos, de nuevo, su
nacimiento; y escatológica, en preparación y en espera de la segunda y definitiva
venida del Señor”.
“El adviento, en su mismo término, en
su palabra, es y … El adviento es tiempo de
esperanza gozosa y espiritual. No es tanto un tiempo como la cuaresma de
penitencia, sino de gozo, de espera y esperanza gozosa. Toda la liturgia de
este tiempo persigue una finalidad concreta: despertar en nosotros sentimientos
de esperanza, de espera gozosa y anhelante”. (Vicent Ryan)
“El adviento es un
tiempo atractivo, cargado de contenido, evocador, válido… Vivir el adviento
cristiano es revivir poco a poco aquella gran esperanza de los grandes pobres
de Israel… Vivir el adviento es ir adiestrando el corazón para las sucesivas
sementeras de Dios que preparan la gran venida de la recolección, recolección
exitosa para todos los que desde su lucidez o ignorancia aportan su lucecita de
amor y de ternura… La vida es todo adviento o hemos perdido la capacidad de que
algo nos sorprenda grata y definitivamente… La esperanza es la virtud del
adviento. Y la esperanza es el arte de caminar gritando nuestros deseos”.
(Vicent Ryan)
Este tiempo permite a
cada uno de nosotros a vivir la alegría de la Esperanza, la alegría de la Misericordia de Dios con
nosotros.
Existe una estrecha relación entre los conceptos
"llegada" y "espera". Recordemos que vivimos en una
sociedad que no sabe esperar, que todo lo quiere rápido. Ésta es la dinámica a
la que nos tiene acostumbrado nuestra forma de vivir. Tenemos comidas rápidas,
autopistas para correr a mayor velocidad, ordenadores más rápidos... porque
"El tiempo es dinero". Antes se tardaban siglos en construir una
catedral, un castillo, un puente, los libros se escribían a mano y se tardaban
años en ello... Pero como no sabemos esperar, adelantamos la Navidad. En el
tiempo que precede a la fiesta de la Navidad, la Iglesia suele poner en la
liturgia los textos proféticos que hablan de la venida del Mesías y suscitan la
expectación del pueblo de Dios. Y así nos hemos ido acostumbrando a considerar
el tiempo de adviento bajo el signo de la expectación. La actitud humana de
este período del año que en la liturgia es la del anhelo y expectación de la
venida del esposo.
El tiempo de
Adviento es como una escuela donde aprendemos a esperar. Si bien es cierto que
es una preparación inmediata a la Navidad, se da énfasis a la idea de que el
Salvador volverá para darnos participación en la gloria que conquistó con su
muerte y resurrección.
El Adviento debe ser un
tiempo en el que cada uno reflexione su actitud para con Dios y para con nuestro prójimo, es menester re descubrir el misterio
del amor, esa ternura que solo él nos puede otorgar por llamarnos hijos. Es un espacio en el que debemos acercarnos a vivir la alegría de la reconciliación,
mucho más ahora, puesto que celebraremos
por invitación del Santo Padre el Papa Francisco el Año de la Misericordia.
Nuestro Obispo Mons. Vicente
Jiménez Arzobispo de esta Iglesia particular de Zaragoza nos dice: El Jubileo de la misericordia es
un tiempo extraordinario de gracia y renovación
espiritual, signo visible de la comunión de toda la Iglesia…
Con ello nos invita a
participar de la apertura solemne del Jubileo de la Misericordia el dia 13 de diciembre a las 17:00
Catedral Basílica Ntra. Sra. del Pilar.
Celebrar el Adviento supone una actitud
de atención, vigilancia y espera activa, vivir ni dormidos ni angustiados, ni despreocupados
ni con temor.
Lo nuestro es vivir en esperanza y
despertando esperanza.
No viene un ladrón a asustarnos y
despojarnos.
Buen Adviento
para todos mis amigos blogueros
Preparemos, por lo tanto, nuestros corazones para la venida del Señor, ahora en esta Navidad y cuando venga la Parusía o llegue nuestra muerte para que estemos, como los pastores, velando.
Yo ya he puesto el belén en mi casa, te deseo a tí también un buen Adviento. Cuanto me gustaría estar el 13 de diciembre en la Basílica del Pilar. Saludos pater
ResponderEliminarTiempo de esperanza y de luz. Demos gracias a Dios por otra Navidad.
ResponderEliminar"Nos llega Diciembre
con la Navidad;
¡alborea el día
de la gran verdad.!
Humilde ha nacido
con frío y ente paja
cargado de bien
Del cielo nos baja!
Felíz Navidad!!! Que la paz llegue a todos los rincones de la Orbe.