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jueves, 22 de julio de 2010

MARÍA MAGDALENA

"Había una vez una seguidora de Jesús que lo amaba lo tanto como para tener el valor de presenciar su crucifixión. Él a su vez, la amaba tanto como para elegirla como la primera en saber sobre su resurrección."
Kathleen Housley

No era Prostituta

María Magdalena es quizás la figura más calumniada y malentendida desde el inicio de la Cristiandad. Desde el cuarto siglo, ha sido presentada como una prostituta y pecadora pública quién, después de encontrarse con Jesús, se arrepintió y pasó el resto de su vida en oración y penitencia.

En el mundo del arte y la hagiografía Cristiana, María ha sido increíblemente idealizada románticamente, simbolizada, y mistificada. Algunas de las pinturas históricas, son casi pornografía beata, presentándola como un epítome de sensualidad y espiritualidad. El efecto neto ha sido reforzar la desafortunada noción de que la sexualidad, especialmente la femenina, es algo vergonzoso, pecador y digno de arrepentimiento. El relato bíblico real de María Magdalena pinta un retrato muy diferente al de la reformada prostituta con los pechos desnudos del arte Renacentista.

La Primera Testigo de la Resurrección

En ningún lugar del evangelio se identifica a María como una pecadora o una prostituta. Al contrario, los cuatro Evangelios, la muestran como la primera testigo de los eventos Cristianos más centrales. Viajó con Jesús en el apostolado de Galilea y, con Joanna y Susana, apoyó la misión de Jesús con sus propios recursos económicos (San Lucas 8:1-3). En los Evangelios Sinópticos, María guía al grupo de mujeres a dar testimonio de la muerte y entierro de Jesús, la tumba vacía, y Su Resurrección.

En los Evangelios Sinópticos también se compara el abandono de Jesús por los discípulos con la fortaleza fiel de las discípulas, quienes, guiadas por María lo acompañan en esta muerte tan vergonzosa y agonizante. Algunos han atribuido la fidelidad de estas mujeres al hecho de que corrían menos riesgo de ser crucificadas. Sin embargo los eruditos bíblicos demuestran que los romanos crucificaron a mujeres e incluso a niños en su brutal y, tal como llegó a resultar, inútil intento de desanimar la insurrección.

Los eruditos consideran que el mensaje de la Resurrección encomendado primero a la mujer según el evangelio, es una de las pruebas más grandes de la historicidad del relato de la Resurrección. De acuerdo a la ley Judía, el testimonio de la mujer no se reconocía. Si los relatos sobre la Resurrección de Jesús fueran fabricados, nunca se hubiera incluido a la mujer como testigo.El nombre de María Magdalena aparece en los cuatro Evangelios como encabezando el grupo que descubrió la tumba vacía. Sin embargo, la identidad de las mujeres que la acompañaron varía de evangelio a evangelio. En San Mateo, Marcos y Lucas aparece María, la madre de Jaime y José. No obstante, San Marcos incluye a Salomé, mientras que San Lucas añade a Juana pero no a Salomé.

El evangelio de San Juan nombra solamente a María Magdalena como la primera en descubrir la tumba vacía. El autor San Juanista reporta que corrió a contarle a Pedro y a los demás quienes verificaron que efectivamente la tumba estaba vacía, y salieron. María se quedó, llorando, y recibe la primera aparición de Jesús resucitado. Algunos eruditos creen que solamente María Magdalena descubrió la tumba vacía. Dicen que el relato de San Juan, a pesar de que fue escrito después de los sinópticos, es actualmente uno de los primeros textos históricos.

Los cuatro evangelios fueron escritos para cuatro comunidades Cristianas dispares en un período de treinta a cuarenta años. El que se nombre a María Magdalena idénticamente en todos indica que fue reconocida por todos como la principal testigo de la Resurrección..

El Evangelio de San Juan también muestra al Cristo Resucitado enviando a María Magdalena a anunciar la Buena Nueva de su Resurrección a los otros discípulos. Esto hizo que los Padres de la Iglesia la nombraran "el apóstol de los apóstoles." Los primeros escritos Cristianos sobre este tema, describen a comunidades de fe completas desarrollándose en el ministerio de María. Los eruditos creen que esto indica que era una líder mujer muy conocida a principios de la Cristiandad.

¿Qué Sucedió?

Entonces, ¿qué sucedió para que los Cristianos del siglo XXI no hayamos nunca escuchado sobre la función que tuvo el fuerte liderazgo de María durante la vida de Jesús, y su importante liderazgo durante el comienzo de la Iglesia? Hay varias posibles explicaciones. Una es la común mala interpretación del Evangelio de San Lucas que nos dice que "de la que habían salido siete demonios" (San Lucas 8:1-3). Para los Cristianos del primer siglo esto significaba solamente que María había sido curada de alguna enfermedad seria, no que era pecadora. Como no entendían muy bien las enfermedades internas, comúnmente se atribuían al trabajo de espíritus malos, sin que la presencia de tal enfermedad necesariamente estuviera asociada con el pecado. El número siete sólo simbolizaba una enfermedad grave o que era contagiosa.

Otra mala interpretación muchas veces es tratar de identificar a María Magdalena en los siglos IV y V como la "pecadora que amó mucho" como aparece en San Lucas 7:36-50. Esta mujer "de mala vida que vivía en el mismo pueblo" baña los pies de Jesús con sus lágrimas, los seca con su cabello, y derramó sobre ellos un perfume caro. Jesús alaba su gran amor y utiliza la ocasión para enseñarle a su anfitrión Simeón la naturaleza del perdón. Simeón nota que Jesús no sabía quién era la mujer.

La historia del discípulo galileo (San Lucas 8:1-3) aparece inmediatamente después de este recuadro, por lo que algunos la han asociado equivocadamente con María, "de la que habían salido siete demonios" con la mujer arrepentida. Sin embargo algunos estudiosos bíblicos consideran que es poco probable de que se nombre a Magdalena en San Lucas 8:1-3 y que sin embargo no se identifique en el texto anterior.

Mujeres Líderes Oprimidas

Otra posible si bien dolorosa explicación es que en los siglos III y IV, los líderes masculinos de la Iglesia trataron con éxito de oprimir el liderazgo equitativo de las discípulas. La comunidad Cristiana se encontraba en medio de un conflicto cultural al cambiar su veneración en hogares iglesias donde el liderazgo de la mujer era aceptado y se sentía como algo apropiado, a venerar en lugares públicos donde el liderazgo de la mujer se consideraba inapropiado y vergonzoso. Las Iglesias Montanistas y Valencianas que tenían líderes masculinos y femeninos, eventualmente se suprimieron. Los eruditos dicen que las comunidades Montanistas y Valencianas eran ortodoxas y que fueron suprimidas no porque sus enseñanzas eran heréticas, sino porque las mujeres al igual que los hombres participaban en liderazgo.

Durante esta misma etapa vemos la memoria de María Magdalena cambiar de una discípula fuerte y proclamadora de la Resurrección a una prostituta y pecadora pública arrepentida. Algunos eruditos hipotéticamente dicen que eso se hizo para minimizar la poderosa función de liderazgo de la mujer en los Evangelios, y de esta forma desanimar el liderazgo femenino de la Iglesia en los Siglos III y IV. La identificación final de María como una pecadora reformada públicamente logró una postura oficial en las homilías del Papa Gregorio el Grande (540-604).

La identificación de Gregorio hacia María como una pecadora sexual arrepentida apelaba a la imaginación popular y estaba orientada a reconstruir su historia en las Escrituras. Con el tiempo fue borrándose el recuerdo de muchas mujeres amigas de Jesús. El dulce ungimiento de María de Betani antes de la pasión de Jesús estuvo unida al de la mujer "de mala reputación" cuyas lágrimas bañaron y ungieron los pies de Jesús en la casa de Simeón. Los textos de ungimiento se unieron en uno genérico de la mujer pecadora, "Magdalena." De ahí en adelante, María Magdalena no se llegó a conocer en la historia como una mujer líder fuerte que amó a Jesús durante una muerte aterradora, que fue la primera testigo de su Resurrección y que proclamó al Salvador Resucitado en las primeras iglesias, sino como una mujer sensual que necesitaba arrepentirse y que vivía escondida (y se esperaba que también de silencio) en penitencia.

Agradecidamente, los eruditos del siglo XX han restaurado el testimonio que nos dio una mujer fuerte que fue María Magdalena. Se espera que dos mil años de malas interpretaciones sean restituidos. María Magdalena nuevamente vuelva a convertirse en el modelo ejemplar para las discípulas del siglo XI que fue para aquellos quienes dieron testimonio al Cristo Resucitado en los orígenes de la Cristiandad.

María Magdalena

¿Qué dices, Magdalena?


Viajera compañera, amiga de Jesús,


Compañera valiente


Que lo acompaña


Hasta su amargo final.






No eres prostituta,


Mujer Judía


Y Apóstol.


Denigrada, despreciada


por celos, temor y otros motivos.






Traicionada por tus hermanos,


quienes manejan el control


requiriendo que de


Mujer Testigo pases a Prostituta.


además, aún estaría bien.


(No como muchas criaturas masculinas,


tu entendiste bien las formas extrañas


de Dios el Maestro).


culpaste a ti misma, mi hermana,


por su fracaso de comprender


Todo Amor intrépido llama


por La Forma de Jesús Recién Nacido



María, Mujer Testigo, Mujer Amiga,


¿Que tienes que decir?


Solamente


"!Rabbo'ni!"


Cristo viene otra vez.


Amén. Aleluya, Amén.

-Christine Schenk csj

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