ABORTO: NO A LA MUERTE Y SI A LA RESURECCION

El aborto conjurado:

¡No a la muerte y sí a la Resurrección!
¡Qué mal te portas, mamá,
con tu trama de mi aborto!
¿Tan mal contigo me porto,
tan mal conmigo te va,
que piensas que te vendrá
mejor suerte con mi muerte?
¡Quién pudiera retraerte
de abrir mi tumba en tu entraña,
y, abortando tanta saña,
renacerte tierna y fuerte!

Seguro que así, mamá,
con cruz y luz de embarazo
acunará tu regazo
la espiga y pan, a do va
el grano vivo que ya
es germen de tu cariño.
¡Cuánto anhelo ser el niño
de tus niñas desde hoy,
que estoy en tu seno y soy
tu entrañado rapaciño!

Gracias, porque has ascendido
tras trágica lid interna
de infanticida a materna ,
y a mi rubí concebido
le sigues trenzando el nido
de tu cunita interior.
Gracias, porque al fin tu amor
del egoísmo ha triunfado,
y he devenido tu agrado
y tu riqueza mayor.

Antes tan nada te fui
y ahora tan gigante tuyo,
que el más y mejor arrullo
de ternura y frenesí
mana a raudales de ti
y para mí toda vives.
¡Ya a ti misma te concibes,
ya tú misma a luz te has dado,
y, cultivado en tu prado,
¡cuán florecida me exhibes!

Tú y yo, los dos al par,
en primaveral renuevo
hemos brotado de nuevo
de manera singular
para siempre nos amar
maternal y filialmente
yo a la fuente y tu al torrente,
nacidos igual de Dios
por el que somos los dos
Hermanos eternamente.

Ya hemos pasado el invierno
y estamos en primavera,
yo a la tuya y tú a mi vera.
Ha pasado ya un infierno
de dolor y un cielo interno
está abriéndose en tu vientre.
¡Que paz, mamá, que me adentre
en ti yo y tú en mí,
y en tu joya mi rubí
centrándose te concentre!

Juan Sánchez Trujillo