La esperanza
no es fingir que no existen los problemas, es realmente la forma más exacta de
encontrar las soluciones, que nos brinda la vida cotidiana.
Es la
confianza de saber que estos no son eternos, que las heridas curarán, y las
dificultades se superarán. Es tener fe, es una fuente de fortaleza y renovación
absoluto de nuestro interior, la que nos guiará desde la oscuridad hacia la
luz.
Cuando el amor
profundo de tú vida no te quiere, cuando la llamada que esperas nunca llega,
cuando no consigues el trabajo que deseas, cuando no recibes la invitación que
esperabas..... el mensaje no es que no te lo mereces..... el mensaje no es que
no eres importante..... el mensaje es que tú mereces algo mejor. Cada vez que
sientas decepción por no recibir lo que deseas ó esperas, no lo veas como
rechazo ó mala suerte.... simplemente piensa que es una tremenda oportunidad a
algo mucho mejor de lo que esperabas obtener de la vida.
La vida está
hecha de millones de momentos, vividos de mil maneras distintas ó diferentes.
Algunos, buscamos amor, paz, armonía, comprensión, ternura. Otros sobrevivimos
día a día, semana a semana, mes a mes, y de año a año. Pero no hay momentos más
plenos que aquel en el cual descubrimos con alegría, que la vida , con sus
constantes alegrías, y sus penas, debe ser vivida a plenitud día a día.
Aunque
vivamos en una mansión de cuarenta cuartos, rodeados de riquezas y siervos los
cuales nos sirven a plenitud ó en una choza humilde, ó luchemos de mes en mes
para pagar el alquiler, tenemos el poder absoluto de estar totalmente
satisfechos, y vivir una vida con verdadero significado.
Día a día,
semana a semana, mes a mes, año a año, tenemos ese poder absoluto, gozando cada
momento que nos ofrece la vida, y regocijándonos de cada sueño. Porque, cada
día es nuevo y flamante, y podemos empezar de nuevo y realizar todos nuestros
más anhelados sueños, en un mundo futurista.
¡CADA DÍA ES
NUEVO, Y SI LO VIVIMOS PLENAMENTE, PODREMOS REALMENTE GOZAR DE LA VIDA Y
VIVIRLA A PLENITUD, Y REALIZAR NUESTROS MÁS ANHELADOS SUEÑOS FUTUROS!
La
misericordia del Señor es la razón de nuestra esperanza y de nuestra
conversión. Nuestra conversión es necesaria aunque nunca debemos olvidar que el
amor misericordioso de Dios es mucho más grande que nuestro pecado. Él sigue
saliendo todos los días al camino de nuestra vida para llamarnos a que volvamos
a su amor; sí, Dios se llenará de tremenda alegría cuando nos decidamos a
volver a la casa paterna de donde marchamos.
Lo primero
que debemos hacer para comenzar el camino de retorno es reconocer que nos hemos
equivocado, que nos hemos ido muchas veces por otro camino, pero que podemos
rectificar. Es más, sabemos que debemos rectificar, que el camino recorrido
equivocadamente no es un camino sin retorno: gracias al amor misericordioso del
Padre nada está perdido; al contrario, el Padre bueno y misericordioso nos
espera con los brazos abiertos y se alegra profundamente en su Corazón con
nuestra vuelta a su casa.
El Papa Francisco, en su Exhortación Evangelii
gaudium, introduce esta bella oración: “Señor me he dejado engañar, de mil
maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy para renovar tu alianza contigo. Te
necesito.
Rescátame de nuevo. Señor, acéptame una vez más entre tus brazos
redentores”. ¡Qué hermosa esta oración y qué manera más apropiada de colocarnos
al comienzo de esta Cuaresma! ¡Reconozcamos nuestras equivocaciones y estemos
dispuestos a rectificar sabiendo que Dios nos espera!
Finalmente,
no podemos olvidar que la esperanza es otra de las actitudes importantes en
este tiempo de Cuaresma: esperanza en que el Señor sigue a nuestro lado, aunque
nosotros le hayamos olvidado, aunque no hayamos querido seguir su camino,
aunque nos hayamos hecho sordos a la voz de sus llamadas.
Es esta esperanza la
que nos alienta a poner aquellos medios que van a ayudarnos a salir de la
cerrazón en la que nos ha introducido el pecado: el ayuno, por el que nos damos
cuenta de que no podemos dárnoslo todo, que no todo gira en torno a nosotros,
sino que nada es debido y todo es regalado; la oración que nos abre a Dios
porque nos sentimos especialmente necesitados de Él y necesitamos pedirle que
nos ayude, y que allí donde no lleguemos por nuestras propias fuerzas que sea
su gracia la que nos haga avanzar por el camino que Él desea; y, en tercer
lugar, la limosna que nos abre al prójimo y nos hace sentir la necesidad de
usar mejor de los bienes de los que tantas veces hemos abusado y emplearlos con
mesura sabiéndolos compartir con los demás, especialmente con los más
necesitados.
Algo tan simple y a nuestro alcance, está bastante lejos de algunos de nuestros congéneres.
ResponderEliminarVivimos apegados a lo efímero y anclados a nuestro egoísmo.
Somos valientes para satisfacer nuestros caprichos y bastante despistados para revestirnos de humildad Y generosidad.
No obstante, la Esperanza nunca se cansa, en cada uno de nuestros defectos, nos toca a la puerta para presentar a nuestras virtudes.
Milton, te doy mi enhorabuena por tus publicaciones y espero que todo ese buen hacer, de sus frutos.
Muchas gracias por compartir.
Un fuerte abrazo desde Gran Canaria y con nuestra Patrona Ntra.Sra! Del Pino, depositamos toda nuestra Esperanza para bien dé toda la humanidad.
¿Que haríamos si no tuviéramos Esperanza?
ResponderEliminarLeyendo esta entrada me doy cuenta de que me prepara para vivir mejor la Cuaresma así que te agradezco mucho esta ayuda.Saludos pater
me ha encantado tyu blog es una belleza
ResponderEliminarPues que esa esperanza nos acompañe estos 40 días, para ver la resurrección de lo bueno que ahora tenemos muerto dentro de nosotros, gracias por tu visita, un saludo!!
ResponderEliminarme maravilla tu fe ojala la tuviera
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita, esperanza para que la paz llegue a todos!
ResponderEliminarhttp://www.solaanteelespejo.blogspot.com.es/
Hola, Milton, llegan hondo tus mensajes de esperanza. Me ha gustado mucho, especialmente cuando animas a no sentir decepción, una situación que a todos se nos ha presentado alguna vez. Saludos y feliz domingo.
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