Entrada destacada

FORMAR DE AGRADECER A NUESTROS CURAS

Nuestros párrocos son algunos de los miembros más trabajadores de la Iglesia. El sacerdote parroquial típico trabaja los fines de s...

Seguidores

SEGUIDME

jueves, 29 de septiembre de 2011

LA VIDA ES UN VIAJE


“Nunca es un buen día para morir, porque la vida no es un experimento, sino una hermosa experiencia”—Letoren

* * * *
La vida no es más que un viaje por tren repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques y profundas tristezas en otros.

Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas, las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje: nuestros padres. Lamentablemente, la verdad es otra. Ellos se bajarán en alguna estación, dejándonos huérfanos de su cariño y amistad, y de su compañía irreemplazable. No obstante, esto no impide que se suban otras personas que nos serán muy especiales. Llegan nuestros hermanos, nuestros amigos y esos amores maravillosos.

De las personas que toman el tren habrá también los que lo hagan como un simple paseo. Otros que encontrarán solamente tristeza en el viaje. Y habrá otros que, circulando por el tren, estarán siempre listos a ayudar a quien lo necesite. Muchos al bajar dejan una añoranza permanente…Otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta de que desocuparon el asiento.

Es curioso constatar que algunos pasajeros, quienes nos son más queridos, se acomodan en vagones distintos al nuestro. Por lo tanto se nos obliga a hacer el trayecto separados de ellos. Desde luego, no se nos impide que durante el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos hasta ellos. Pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado, porque habrá otra persona ocupando el asiento.

No importa…El viaje se hace lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas…pero jamás regresos. Entonces hagamos este viaje de la mejor manera posible. Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno lo que tengan de mejor. Recordemos siempre que en algún momento ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos. Ya que nosotros también titubearemos muchas veces y necesitaremos de alguien que nos comprenda.

El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en qué estación bajaremos; mucho menos donde bajarán nuestros acompañantes, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado. Nos quedaremos pensando si cuando bajemos del tren, sentiremos nostalgia…Tal vez sí. Separarnos de algunos amigos con los que hicimos el viaje será doloroso. Permitir que nuestros seres queridos se queden solos, será muy triste. Pero aferrémonos a la esperanza de que, en algún momento llegaremos a la estación principal y tendremos la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían, cuando embarcaron. Lo que nos hará feliz, será pensar que colaboramos con que el equipaje creciera y se hiciera valioso.

“Vive de manera que cuando ya no estés, gran parte de ti, continúe en aquellos que tuvieron la fortuna de encontrarte.”

Paz y amor,
Solimán

No hay comentarios:

Publicar un comentario

GRACIAS POR COMENTAR Y REZA POR MI